13.6.11

El movimiento 15M cambia de escenario, pero no de necesidades

Muchos se preguntan —nos preguntamos— si tras este mes de movilizaciones ha servido de algo el movimiento 15M, sin darnos cuenta de que este movimiento social sigue vivo, aunque ya no esté acampado en la plaza emblemática y poco a poco se estén disolviendo sus acampadas en el resto de lugares españoles.
Incluso en el caso —que no será así— de que se disolviera definitivamente, el movimiento 15M ha dejado la puerta abierta al respeto hacia otra forma de hacer política, a la visión de una queja colectiva respetable y respetuosa, que hay que tener muy en cuenta desde todas las ópticas políticas, pero preferentemente desde la izquierda.
Ha sido muy malo para España que quedara agrupada casi toda la izquierda junto al PSOE en esta última década, pues se han diluido ideas, formas, participaciones, análisis serios y necesarios, ganas de tener una sociedad más igual. Ahora el PSOE tras al abandono de su particular socialismo está recogiendo las penas y los dolores de una sociedad que le abandona. Pero todavía no surgen nuevas organizaciones políticas que agrupen este descontento social, la necesidad de ser más atrevidos para cambiar la manera de hacer política, la urgente necesidad de buscar salidas a una juventud que camina entre un mar de problemas sin solución social.
Por eso surge el movimiento 15M y por ello seguirá vivo, incluso aunque desaparezca, pues sus planteamientos quedarán en la historia. Si no hacemos caso a la llamada de atención de la juventud, la próxima será mucho más dura e incontrolable. Parte de la sociedad ha hablado y lo que es más importante, gran parte de la sociedad, sin estar, ha apoyado sus planteamientos de queja colectiva.
La izquierda —toda— debe tomar buena nota y actuar en consecuencia o volverá a fracasar. Su obligación es aprender constantemente de lo que la sociedad demanda, más si es con razones tan obvias.

12.6.11

En el verano, llegan los anuncios de juguetes para obligarnos a consumir

A los padres les presionan en verano con una nueva oleada de anuncios de juguetes para que los niños pidan consumo, pidan plástico que les dura un par de tardes.

Hay que entender el ocio infantil desde otra óptica que el consumo de lo que nos plantan delante de los ojos, para caer en trampas bien estructuradas. A los niños en verano les viene muy bien más relación personal, ampliar su círculo de amigos, seguir estudiando aunque sin el agobio ni las formas de la escuela aprendiendo materias que a modo de juego se les puede ir enseñando en el hogar.

Cuando los niños tienen en su mano la televisión o los juegos con diferentes máquinas electrónicas, es muy complicado engancharles con los juegos de mesa, con los plásticos que se anuncian en la tele. Su ilusión les durará muy poco tiempo y resultará un gasto que no sirve. Más trabajo en casa con ellos, sacándoles a ver naturaleza, parques, lugares distintos, cine, arte, manualidades, música. Y menos creer que con unos plásticos muy caros les vamos a convencer de que dejen de “¿molestarnos?”