20.5.11

Unas horas en la acampada de la Plaza del Pilar de Zaragoza


Ayer por la tarde estuve un tiempo en la acampada de la Plaza del Pilar de Zaragoza. Había buen ambiente, iban circulando —por una rueda muy amplia y numerosa de personas que observaban y escuchaban—, diferentes personas que hacían pequeñas demostraciones musicales, recitales o explicativas.
El ambiente era muy bueno, no festivo sino de trabajo y participativo entre al menos los que organizaban que todo aquello estuviera bien organizado. Muchas personas y con unos pequeños carteles colgados en el pecho, indicaban qué responsabilidad tenían cada uno de ellos en el núcleo organizativo. Había estado el día anterior y las tiendas habían crecido en número, así como los carteles explicativos con lemas y textos, algunos muy simpáticos. Todos los que organizaban los grupos eran jóvenes aunque entre los asistentes había también personas de más edad. Vamos, que yo no destacaba mucho entre ellos, aunque hay que dejar —creo— que sean los jóvenes los que lleven el peso de toda la acampada, pues les pertenece a ellos.
Me sorprendió la entrada con una serie de cajas grandes en donde se indicaban los distintos tipos de basura para reciclar que allí se tenían que ir dejando. El suelo estaba muy limpio en todo el recinto. No daba la sensación de ser una acampada para unos pocos días, sino una decisión que esperan mantener semanas al menos. 

A partir de aquí surgen las preguntas sin respuestas. 

¿Qué decisión tomara la JEC? ¿a qué se refiera Zapatero cuando dice “inteligente”? ¿qué sucederá a partir del lunes 23 de mayo? ¿qué mínimo desean obtener los jóvenes para desistir de su actitud? ¿quién tomará el relevo de estas manifestaciones si hay violencia institucional o legal? ¿afectará este movimiento social a los resultados del domingo 22 de mayo?

Los jóvenes acampados son los hijos de todos nosotros. Los hijos o nietos de los que estamos fuera, esperando que todo mejore, que se arreglen las cosas. Los padres también estamos hartos de una situación mala. Pero sobre todo somos solidarios con todos nuestros hijos, como no podría ser de otro modo.

Tras el domingo todo seguirá igual. Luego hay que seguir exigiendo, para que pueda ser

Hoy viernes se nos termina la Campaña Electoral 2011 de las municipales en España, hacia unas elecciones que no van a representar el cambio que se espera, que se necesita, que se pide ya en la calle. A partir de esta campaña, podría suceder que ya nunca más fueran a ser iguales las campañas electorales grandes, pues debemos asumir todos que es un despilfarro sobre todo de energía, para nada.
Ha sido una campaña electoral pobre en ideas, sosa, más llena de temores a no equivocarse que a debatir propuestas para los próximos cuatro años. No es pues extraña la situación en la calle pidiendo más política aunque sin política. Mejores políticos pero sobre todo, diferentes políticos.
Se han evitado debates por miedo y estrategia, no se desea dar a conocer la verdadera cara de los candidatos, su incapacidad para desarrollar ideas ante los grandes problemas. ¿Para qué sirve pues una campaña electoral cara y larga? Con una semana de campaña electoral hubiera bastado.
Los actuales gestores políticos, la clase política como nombre social que les debería producir urticaria a los implicados, no ha estado a la altura de lo que se necesita. Ellos mismos se consideran “clase” en su primer error de táctica social.

Ningún político ha estado a la altura necesaria.

La izquierda está acomplejada por no saber ni por donde acudir a tantos problemas sin soluciones propias; y la derecha muy temerosa de que al final no logren ganar por goleada, sabedores de que sus líderes son flojos de sujetar en el cartel. Es el gran problema, la incapacidad de los actuales gestores públicos.
No hay líderes políticos de calidad, no hay personas con ideas nuevas, con ganas o rasmia para liderar a esta sociedad hastiada y cansada en una España que empieza a estar ajada.
Necesitaríamos más debate serio, menos fiesta privada sea cara o barata que me da igual por el gran despilfarro en energía que suponen, más trabajo del que da resultado y no del que sirve para salir en la foto, menos mirar para otro lado pensando que el tiempo todo lo resolverá.
Este domingo unos pocos iremos a votar y nos tragaremos unos resultados que serán más de lo mismo o de lo parecido, sin que nada haya cambiado en esta España herida.
Tras el domingo, tendrán pues que seguir las presiones, las malas babas, las ganas de recambiar el sistema, pues lo que hay en estos momentos, está demostrando que ya no nos sirve para resolver nuestros problemas. Gestionar y dirigir cuando todo va bien, lo saben hacer hasta los aprendices. A los líderes del futuro se les exige limpieza y capacidad. Nada más.