9.5.11

La sociedad está aborrecida de la política, pero sin políticos no hay democracia

Mi experiencia repartiendo y organizando mesas electorales es suficiente como para opinar tras comparar, pues ya son bastantes años. He llegado hace un momento de una de ellas y no me gusta las sensaciones percibidas. También es cierto que me lo esperaba.
Casi nunca se han acercado las personas hasta las mesas a interesarse por el programa, excepto si atisban algunos regalos pequeños. En esto no se nota diferencia con otros años. Pero sí ha aumentado el número de personas que directamente te indican que no desean coger el folleto electoral que les entregas. Y también el número de personas que —literalmente— detectas que pasan de tu atrevimiento en molestarles. Y ha bajado notablemente, el ya de por si escaso número de personas que entablaban conversación con algún tema en concreto.
Creo que los políticos están (estamos) haciendo un flaco favor en dignificar su labor. Y todos sin duda somos responsables de lo que se nos puede avecinar, a poco que sigamos por el mismo camino.
Es normal la desafección política, es normal incluso el asco hacia ciertas prácticas de propaganda electoral de fines del siglo XX que ya no sirven. Pero si el ciudadano no toma medidas

8.5.11

Hay políticos cobardes que no saben frenar la especulación de los mercados

Hoy en Zaragoza, el líder de IU ha dicho claramente que él duda que el PSOE sea la izquierda y le doy toda la razón. Esta haciendo una política débil, dominada por los mercados y lo que es peor, por los dirigentes políticos de Europa. En política tenemos que decir basta con fuerza ante la cobardía en buscar soluciones que apoyen a los débiles, que sirvan para relanzar al país, que exploren nuevas sociedades, que intenten conformar una sociedad más igualitaria que no más uniforme.
En la política española (y en la de otros muchos países de la UE) hay muchos cobardes que no saben buscar soluciones, que no se atreven a plantar cara a los que saben que mandan escondidos y que dominan a los políticos cobardes. En la política española y ya en la occidental, no sirven de nada los políticos cobardes pues siempre serán sobrepasados por las fuerzas que controlan los mercados, los bancos, las grandes corporaciones, las inversiones y apuestas de futuro, las fuerzas religiosas y las sociales sin que estas se den cuenta de ello.
Hay fuerzas que sin ser políticas dominan a la “polis”, que aspiran a dominar