8.3.11

Por los caminos de la vida vas abandonando a buenas gentes. Aprende de ellas

A veces te puedes encontrar por los caminos a gentes maravillosas pero también a viejos conocidos que curiosamente no logras reconocer. O lo que casi es peor, no saben identificarse bien y no los colocas en su posición respetable. La vida es un cúmulo de caminos abandonados, de la apertura y exploración de nuevas sendas, de equivocarte y rectificar, de volver sobre lo andado para retomar viejos caminos, de soñar y volar.
En la larga vida que se hace corta, uno cuando elije abandona lo que no elije a la suerte de la nada, perdiendo la posibilidad de saber cómo sería la vida si hubiera decidido por otro camino, pero eso es lo maravilloso de todo proceso de decisión, que permite equivocarte y acertar, que te permite seguir avanzando desde diferentes posiciones.
En todo proceso de selección hay personas, gentes que debes abandonar y cambiar de lado, de sensación, de camino. Personas con sus vidas y sus temores, con sus propias decisiones que quedan afectadas y que también te afectan a ti. Nada es fácil, nada es superfluo, nada es “gratis” porque en toda decisión hay un componente de coste humano. A quien dejas por el camino, lo puedes dejar henchido de gozo o herido, y muchas veces no eres capaz de notarlo, por mucho que creas que eres de los que lo notan todo. Los renglones se escriben con muchas diversas tintas y a veces con distintos componentes que hacen imposible detectar todos los recovecos de las vidas que nos acompañan junto a la nuestra.
Pero hay que seguir decidiendo, hay que intentar no equivocarte mucho, no dejar a muchos heridos por los caminos y que no resultes tú mismo excesivamente dañado. Si crees que obras bien, al menos lo estás haciendo lo mejor que sabes.

7.3.11

La importancia del socio en toda empresa nueva que deseemos crear

Cuando queremos montar un pequeño negocio, una primera y casi obligada pregunta que surge, es si hacerlo solo o acompañado de algún socio. La respuesta es muy sencilla. ¿Para qué necesitamos un socio?
Si un socio te aporta algo a la nueva empresa o micro empresa, es sin duda recomendable tener a tu lado a un socio para apoyarte y compartir ideas o proyectos. Pero debe aportar algo valioso. Es fundamental. Bien debe aportar capital para la inversión si no es suficiente el tuyo; bien una visión del trabajo que sea complementaria a la tuya; bien una formación que tú no tengas en alguna facete imprescindible del nuevo negocio.
Ningún socio debe ser “de postizo”, impuesto por algún motivo no importante, un familiar o amigo de convivencia, gente que necesite ayuda, etc.
Ser un socio es algo muy importante y por ello fundamental en la historia del proyecto y de la nueva empresa. Tener un socio marcará la historia de todo proyecto y por eso es una elección que hay que meditar con calma y una vez que esté decidida contar con ella como parte fundamental del proyecto. No existen medias tintas; con un socio o se está a muerte o no se está y no se le admite. Es uno de los puntos de fricción que puede sufrir un proyecto hasta convertirlo en muerto. Por eso la decisión debe ser meditada y asumida una vez que se admita.
El socio capitalista es una especie algo distinta. Desde el principio hay que dejar muy sentado y por escrito la forma de la relación, el reparto de los beneficios si los hubiera, de la inversión nueva si esta fuera necesaria, de las decisiones que hay que ir tomando en todo proceso de crecimiento o asentamiento empresarial. No será un socio que viva el día a día, pero que será más exigente en los gastos o cuentas anuales, y por ello hay que dejar bien asentado desde el principio y con el Plan de Empresa que en otras anteriores entradas hemos comentado, lo que se espera de la nueva empresa, cual es el planteamiento y su posibilidad comercial y de crecimiento. Cuanto más escrito tengamos todo, más sencillo es encontrar soluciones y no crear problemas. Y sobre todo saber de quien es la responsabilidad ante cualquier cambio o acontecimiento.
No hay que huir de los socios, simplemente hay que meditarlos y analizar con frialdad su necesidad.