1.12.10

Hoy he descubierto a un malagueño con mucho futuro. Pablo Alborán

Es interesante, muy interesante diría más bien, encontrar nuevas figuras, nuevos artistas de cualquier modalidad, que ofrecen una visión diferente por algo de su profesionalidad artística. Crear es un don que ayuda a superar los males del día a día y hay que aplaudir a todo aquel que lo intenta. En este caso que quiero presentar, lo consigue sin duda, con creces.
Hoy he descubierto a Pablo Alborán, un cantante andaluz, de Málaga, que con sus 21 años promete crecer y llenar, con unos textos maravillosos, putos poemas de amor o de soledad, con una música fresca en donde mezcla los sabores del flamenco más moderno con el pop, con pinceladas de música clásica en sus composiciones personales, lúcidas, enternecedoras, envolventes, embrujadoras incluso en sus finales de frase, en su voz dulce pero potente. Increíblemente casi es un desconocido, al que sin duda, deseo mejores triunfos.
Búsquenlo por la red, pues es muy sencillo obtener pequeños vídeos de sus canciones y poder así escucharlo.

La paciencia, como una forma de entender la vida

La paciencia puede llegar a terminarse, incluso para la persona más paciente, con mejores fondos. La paciencia demuestra la madurez de la persona el saber esperar con el tiempo a que los sucesos tengan otro color, se puedan ver desde otra óptica, con otra visión. Pero también se acaba en aquellas personas que con buena fe intentan encontrar soluciones a los problemas y dejan que el tiempo juegue a favor de las soluciones. La paciencia es hermana de la experiencia, del saber hacer, del uso del tiempo y la calma, del diálogo y la negociación incluso con uno mismo.
Con paciencia se domina el mal, que se soporta con estoicismo y calma; que ayuda a aceptar los problemas y a relativizarlos; que sirve para intentar ser más feliz desde la superación y el entendimiento de los problemas en distintas clases, con distintas urgencias, con distintas velocidades.
Sé paciente y respira de la vida, sé suave y ten calma.