9.10.10

Taller de escritura 18. El sentido de los diario o dietarios, en la literatura


Los diarios o dietarios son una alternativa literaria que esté hoy más de moda que hace una década.
Tanto a la hora de crearlos como a la de publicarse y venderse. No es pues ya una simple herramienta de adolescentes sino una manera de reflejar pensamientos, pequeños relatos, brevedades, artículos y pensamientos que vamos dejando por las redes sociales o por nuestros blog.

Hay que ser sincero pues en literatura la mentira se nota enseguida, pero no es obligatorio contar TODO lo que nos sucede. 


La selección y la forma, el estilo, es fundamental para que tenga un sentido y un motivo de unión. Podemos escribirlos pensando en que se leen por más personas o al contrario como papelera en donde vaciamos nuestras dudas, nuestras basuras. 

Pero en todos los casos hay que hacerlo bien, con sentido crítico y reflejando literatura en ellos. Al menos la máxima capacidad que cada uno de nosotros tengamos en escribir con estilo propio. 

Si tienen vida y personalidad, nos gustará leerlos con los tiempos ya pasados, si son un peñazo, ni a nosotros mismos nos agradará su contemplación.

No es lo mismo un diario que un blog, aunque si que pueden parecerse mucho. Un diario está creado para uno mismo, aunque tenga pretensiones exteriores. Se debe repasar y modificar, buscando más tiempo de permanencia que un blog, y debe contener reflexiones personales, algo que en un blog es más complejo pues desde el priemr día está publicado para todos los posibles lectores. 

En un blog, se diga lo que se diga, se buscan lectores. En un diario en cambio se busca simplemente la satisfacción personal, al menos en sus inicios.

Muchos escritores famosos han publicado diarios, y es muy complicado señalar o recomendar alguno. Mirar en liberías o preguntar, pero no compreis los más conocidos, pues hay ejemplos muy interesantes en libros menos conocidos, pero de autores que han escrito mucha literatura.

8.10.10

La tecnología que cambia el mundo es la que modifica las formas, las ideas

Mientras esta noche, alguien desde Montreal leía un artículo mío, este asombrado escribidor ha leído nada más levantarse lo último de Paul Krugman sin moverme del sillón.
Ni el lector de Montreal me conoce ni sabe cómo es el lugar desde donde escribo, ni posiblemente me volverá a leer, ni yo sé cuanto cobra Paul por su artículo ni cuando lo escribió en realidad, ni casi cómo es su cara. Pero sé cómo piensa que es lo importante.
Es la tecnología y la inmediatez en el compartir conocimientos, opiniones, datos. La globalización de la cultura por medio de las nuevas tecnologías es imparable. Nada nuevo. Algo que sin duda evolucionará aunque no seamos capaces hoy de intuir hacia donde, hasta donde. Nos adaptamos a la tecnología cambiante con una facilidad espantosa. Aunque en el camino se van quedando descolgadas las personas que no pueden seguir a la velocidad casi de vértigo, los cambios. Por que no se trata de nuevas máquinas, no, los cambios importantes no vienen por las herramientas sino por las ideas, por los sistemas, por las formas. Que nos saquen un nuevo IPad o un nuevo aparato para no sabemos qué, no será evolución importante. Que cambien las formas o que nazca un nuevo sistema de compartir, de intercambiar, de crecer en cultura o de participar, sí que es innovador. Lo que es una ventaja es Internet como “forma”, la imagen digital “como medio”. Pero no lo es tanto un nuevo modelo de cámara de vídeo o un televisor más plano. Los saltos se darán cuando sigamos inventando nuevas formas, no tanto cuando sigamos mejorando las ya existentes. Mientras tanto seguiremos caminando por las sendas ya iniciadas, hasta que descubramos otras.