29.6.10

Ya hay sentencia sobre el Estatut. ¿Y ahora qué?

Ya ha salido la sentencia sobre el Estatut y como era de preveer, no contenta a nadie, por mucho que era esa su única finalidad. Algo imposible. En donde se demuestra otra vez más, que en política las medias tintas no sirven para nada, si son obligadas por las situaciones.
Creo en el positivilismo, en la inteligencia política a la hora de cocinar asuntos (léase si se quiere a Maquiavelo), pero nunca, repito, NUNCA, con jugar con la gente y mucho menos si se nota.
En política no todo es posible, y a veces los caminos son imposibles de convertir en carreteras. Por eso la mesura y la inteligencia se sobreentiende entre los políticos y se solicita de ellos que no jueguen a joder.
Llevar el Estatut al Tribunal Constitucional tiene muy mala baba pero a la vez, muy poco sentido político de Estado. Excepto que se quiera joder. Luego, si que se ha querido joder el invento que más tiempo y dolor empleó en la Transición. El Estado Autonómico.
¿Y ahora qué?
Pues ni puñetera idea, lo juro. Ni lo sé yo ni creo que nadie.
Se ha abierto el melón de la confrontación, mañana tendremos que estar atentos, y pasado mañana, y las próximas semanas. Y una vez abierto el melón, no se puede cerrar como si nada hubiera sucedido.
¿Y qué pasaría si se llevara al Constitucional varios Estatutos más de este santo Estado tan complejo pero a la vez tan fácil de manipular por los que gustan de joder?, pues que la liaríamos parda.
No sabemos qué va a decidir el PSC. Ni qué decisión tomará CIU. No sabemos cómo reaccionará ERC. Conoceremos en breve declaraciones de gentes de la cultura catalana. Hablará Puyol y será escuchado. Expresará ICV su opinión y se unirá a la de muchos otros catalanes cabreados.
A Zapatero le crecen los enanos y sin duda, su decisión de no cambiar de Gobierno en estas semanas era producto de entre otros motivos, una situación que se puede convertir en complicada. Seguiremos opinando.

28.6.10

El Estatut de Catalunya, a punto de salir modificado del Tribunal Constitucional,

El Estatut de Catalunya, a punto de salir modificado del Tribunal Constitucional, va a representar un punto y aparte de la historia de España. Incluso los propios magistrados lo saben y por eso están actuando con firmeza e incluso con preocupada…, no me atrevo a decir la palabra.
La situación es compleja; nunca se debería haber llegado a este punto. No es posible modificar sustancialmente una norma básica, después de ser refrendada por los catalanes y que estos no se sientan manipulados y ninguneados. Es imposible. Y hablo de todos los catalanes, de los que están por la independencia, de los federalistas o de los simplemente autonómicos. Todos sentirán dentro que el ciudadano no sirve para nada, que es falso que los poderes emanen de los ciudadanos y que somos libres y responsables para decidir.
Pero por otra parte también es cierto que en la reforma del Estatut se construyeron textos conflictivos que iban a chocar con una lectura restrictiva de la Constitución Española. Tal vez lo lógico hubiera sido plantearse antes la justificación de una reforma y/o modificación (o no) de la actual Constitución. Ahora, el problema es más grave que si se hubiera tenido inteligencia política hace cuatro años. Simplemente porque los ciudadanos se sienten rodeados de “enemigos” y los catalanes van a sentir que se les resta derechos y la conflictividad va a ser seria sobre todo si los líderes políticos catalanes no emplean la mesura. Y no la van a emplear pues se acercan meses complejos.
Pero de todos modos no hay que ver esta sentencia en el corto plazo sino en el medio y largo plazo—sin saber todavía cómo va a salir de las cocinas madrileñas— pues marcará relaciones políticas, sensaciones en una sociedad algo cabreada, nuevas esperanzas y deseos entre los catalanes, siempre responsables pero a la vez muy seguros de lo que quieren. Madrid tiene una gran papeleta y creo que la va a resolver mal. Ya veremos.