10.6.10

La reforma laboral y la formación continua para ganar productividad

Tenemos (debemos) que preguntarnos qué estamos haciendo cada uno de nosotros por la crisis. Los que la sufren en primera persona ya hacen suficiente pues son los actores principales de un drama del que no se conoce su duración. ¿Pero y los demás?
No basta con quejarnos ni con poner cara de poker. Sí va contigo y conmigo, no sirve de nada que te escondas, es un asunto complejo que te atañe. Y si no quieres hacer nada por cambiar las situaciones, no debes quejarte.
Se habla de muy diversas medidas posibles: algunas imposibles, otras conservadoras, algunas de izquierdas, muchas antiguas, otras con poco efecto. Es el momento del debate cuando debería ser el de las soluciones, pero han sido muchos los que han opinado que esto no era tan grave y que en pocos meses se saldría sin problemas. Ahora es que no.
La reforma laboral se tiene que hacer por decreto ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo. Algo lógico pues todas las cartas están marcadas desde hace meses tanto para empresarios como para sindicatos. Pero es incluso bueno que sea el Gobierno quien legisle en la crisis, más si como parece, no van a ser medidas para pocos años, ni leyes no consensuadas antes con al menos algún grupo político añadido al PSOE.
Serán medidas duras. Muy duras. Pero todos tenemos algo de responsabilidad en esto. También los que hemos callado o los que no hemos conseguido que se nos tenga en cuenta a la hora de avisar de que la actual situación era insostenible.
La baja productividad en este país tiene mucho que ver con el tipo de contrato laboral, con la mala relación laboral de las últimas décadas. Cuando se trabaja en RRHH se sabe lo importante que es la implicación de todas las partes, de la motivación, de la formación continua, de la seguridad, de la participación. Con contratos eventuales todo trabajo en RRHH para motivar se va a la basura. ¿Alguien entiende de equipos?
Los empresarios tiene la obligación de ganar dinero. Es su máxima. Punto. Pero mirando en el medio y largo plazo de su empresa. Se (nos) han centrado en ganar dinero fácil y rápido y ahora nos quejamos todos. No se ha reinvertido, no se han cuidado los RRHH, no se han realizado políticas de formación continua eficaces. Hemos tirado el dinero por el desagüe. Y ahora todos nos ponemos las manos en la cabeza.
¿Cuántos millones de euros en formación profesional y laboral no han servido para formación eficaz? ¿quienes son los responsalbes de este despilfarro y lo que es peor, de este desastre generacional en la formación profesional continua?
Ahora toca recoger las mieses vacías de grano y aguantar el polvo del camino. Todos.

Moción de censura versus responsabilidad (o no)

Para los que sean jóvenes (qué suerte) y no sepan bien lo que es una “moción de censura” en el Parlamento español, les voy a dejar unos ligeros apuntes y así pueden valorar mejor si lo que hace Rajoy (esconderse en la arena) es bueno o malo.
Una moción de censura se expone con la idea de cambiar al Presidente de Gobierno. Y para ello se presenta a un candidato que tras una sesión parlamentaria (varias más bien) de debates, tiene que ser votado por toda la cámara del Congreso. Lo normal es perder la votación, pero lo importante para quien se presenta, es que el candidato propuesto abre la sesión con la exposición de su programa de gobierno y normalmente incluso, con una lista no cerrada de personas que ejercerán las labores de ministros. (Hay que tener equipo e ideas nuevas que valgan para resolver)
Dispone de un tiempo extenso y sin tasar (creo) para exponer las medidas que piensa necesarias para modificar la situación que lleva a presentar la censura, ofreciendo la imagen de líder de recambio que es capaz de afrontar la situación de otra manera distinta. (Y a ser posible mejor)
A continuación todos los grupos políticos del parlamento salen a la tribuna a criticar o apoyar el discurso de presentación de la censura, siendo el partido que apoya al candidato el último en hablar. Como futuro presidente, tiene turnos de réplica libres para cada intervención.
Al final se somete a votación, normalmente uno o dos días después de la presentación, con espacio para negociaciones o declaraciones extensas y aclaratorias.
Los medios de comunicación valoran la imagen y el programa del candidato como un futuro posible Presidente de Gobierno. Lo que es bueno o malo, dependiendo de la capacidad para ofrecer nuevas ideas, capacidad de solucionar los temas o de crear confianza.
Normalmente se pierden las mociones de censura, pero a su vez, se sale muy reforzado de ellas y muy tocado el Presidente que las sufre en sus carnes, pues no sólo es vilipendiado y censurado, sino sobre todo comparado y minusvalorado. (O se sale hundido por ofrecer una imagen penosa de incapacidad manifiesta)

¿Por qué no la presenta Rajoy?, pues porque se puede perder si no se es capaz de presentar medidas diferentes pero concluyentes y asimilables por la sociedad y los medios, más que por el resto de fuerzas políticas del Parlamento. Rajoy no hace nada porque no se siente capaz de hacer nada (diferente). Por que si es capaz de hacer más y mejor, la irresponsabilidad de no intentar ser Presidente para resolver sería manifiesta ¿no?