16.5.10

Saber qué tamaño de Estado queremos es fundamental para entender la crisis

Durante muchos años hemos pedido todos (todos) más y más al Estado. Tranquilos que todavía no he entrado en el tema. Piscinas gratis, autobuses urbanos muy baratos, libros gratis, semáforos en cada esquina, autovías, hospitales cercanos, pocos impuestos, muchos servicios. Pero ahora vienen las vacas flacas y nos piden pagar, cobrar, dar al Estado por lo que ya hemos usado. Simplemente porque lo debemos entre todos. Tu y yo lo debemos, pues el Estado no existe como un “papa Dios” que todo lo paga desde la máquina de hacer dinero.
Cachis la mar. Ahora nos toca pagar. ¿Pero no estaba ya todo pagado?, se pregunta el que se sale del bar tras una tarde de bebida y comida sin control. Pues no, nos dice el dueño del garito y además nos amenaza con que si no pagamos será peor. De entrada nos hace rascarnos el bolsillo, pero lo malo es que si no pagamos nos advierten de que no podremos entrar en más bares europeos. Que saldremos en una lista negra y se acabó la fiesta.
Así que a partir de ahora, tendremos de entrada, que controlar más los gastos, si, sobre todo controlar más ese vicio tan nuestro de pedir que todo sea gratis. Esa manía de solicitar mejoras pensando que alguien las pagará. Si, ese alguien es tu y yo. Eso o dejar que se nos cobren más impuestos. Hay que elegir.
Lo imposible es lo de hasta ahora. Pocos impuestos y además muchos servicios. Imposible, ilógico, inmoral casi (muchos ciudadanos de este mundo no tienen impuestos que pagar) y sobre todo poco inteligente. Nos habían engañado, es cierto, pero lo malo es que nos estábamos dejando engañar porque se vivía mucho mejor en Babia que en el país de “La Verdad”.
Si somos de izquierda apoyaremos las subidas de impuestos. Sin miedo ni vergüenza. Si somos de derechas apoyaremos unos servicios privados y unos impuestos escasos. Es todo saber qué tamaño de Estado queremos para nuestro país. Grande como Noruega o Suecia o pequeño como EEUU. Grande como Cuba o pequeño como el Congo. Como se puede ver los dos sistemas son bueno o malos, depende. Pero lo imposible es elegir lo imposible. Pequeño para pagar, grande para recibir.

Conozcamos el número de funcionarios en España para conocer su importancia

Escribíamos el otro día sobre el número de funcionarios que hay en España y observamos ahora una cierta tendencia a restar casi medio millón de ellos de las cifras que se están publicando. Pasamos de los 3 millones a los 2,6 millones con una facilidad espantosa. Debe asustar la cifra, cuando en realidad es menor a la media de los países europeos a los que debemos fijarnos. El número de funcionarios es de 2,6 millones de personas, según el Registro Central de Personal, o de 3 millones con los datos de la Encuesta de Población Activa..
Por otra parte, hay también algunas encuestas en donde se pregunta a la gente qué le parece peor de las medidas de Zapatero, si la congelación de las pensiones o la bajada de sueldos de os funcionarios. Pregunta con trampa, pues la idea que se tiene, alimentada por todos, es la que es y la respuesta viene trucada en la pregunta. Yo no soy funcionario, creo en la labor imprescindible de estos, pero a la vez creo que en algunos casos se ha trabajado muy mal en el control de su productividad, y se ha hecho una pedagogía de la importancia de su trabajo casi nefasta. Ahora estamos descubriendo que los enterradores, los bomberos, los policías, los jueces o los médicos y enfermeros son funcionarios. Mal vamos cuando sin conocer criticamos o incluso simplemente opinamos.