6.4.10

La crisis de la prensa escrita es seria y será peor

La crisis en los medios de comunicación en papel es grave e imparable. Las ventas han bajado pero lo que es más grave para todos, los ingresos por publicidad lo han hecho mucho más, tanto los anuncios privados como los públicos y los de anuncios clasificados que ya casi han desaparecido. 

Hablamos con los datos de 2010, y sabemos que esto irá a peor, aunque de momento no sabemos a qué velocidad.

Pero si esta situación es preocupante para las grandes cabeceras, lo es más todavía para los periódicos locales, en donde estas bajadas de ingresos son más perceptibles. 

Si comparamos los datos españoles con los americanos, con unos años por delante en previsiones mercantiles, podemos observar que en EEUU las situaciones en 2009 han sido desastrosas para periódicos de menor tirada y noticias locales.

El consumo de noticias primero, pero ahora ya el de anuncios clasificados, se está dirigiendo hacia Internet. Y lo curioso es que no se está rentabilizando su éxito en forma de ingresos fijos, de la misma forma que hacían los periódicos. Todavía y en España.

Si los anuncios públicos, de todo tipo, bajaran a la mitad de lo que ya han hecho, algo probable por la crisis, muchos periódicos no podrían soportar la herida. 

Por eso todos debemos preguntarnos sobre este problema, para pasar a imaginarnos una sociedad sin periódicos y a partir de aquí tomar decisiones de todo tipo. 

Yo personalmente creo que todos debemos tomarnos este asunto con sumo cuidado y respeto pues va nuestra forma de entender la sociedad en ello. 

Y digo todos, también los propios medios de comunicación. No hay mucho margen para errores.

Conjurar la tristeza con píldoras

Hay gente en la cuerda floja, aunque no esté enferma. Gente que no saldría de su edredón en todo el día si pudiera. No siempre por un decaimiento hondo, sino por un difuso y permanente malestar. Las suyas son pequeñas y diversas patologías fronterizas con la depresión. Aunque Víctor Navarro aclara que "o hay depresión o no la hay. Y en este caso hablamos de problemas adaptativos o de una tristeza generalmente lógica si a alguien le acaban de dar un palo emocional". Para un depresivo, el medicamento actúa casi al 100%; en otros casos ayuda en un porcentaje menor, no cambia sus patrones de vida. Aunque en apariencia se confundan, no es lo mismo tristeza que depresión. Incluso las personas permanentemente tristes reaccionan de forma positiva ante un regalo, una muestra de confianza o la compañía de un amigo. La depresión, por el contrario, es una desesperanza profunda: ni amigos ni placeres son capaces de removerla por sí solos.

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Conjurar la tristeza con píldoras