22.2.10

Cómo conocer el propio estado de ánimo, cuando se está con depresión o ansiedad

Cuando estamos mal, cuando la depresión o la ansiedad nos ataca es muy complicado saber cómo nos encontramos en verdad. Tenemos dos estados de ánimo diferentes, que cambian según momentos o incluso según personas. A veces estamos peor de lo que nosotros mismos creemos que estamos. A veces estamos mejor de lo que decimos, sin darnos cuenta de ello.
Nos resulta muy complicado medir nuestro estado. Por eso tenemos que emplear algunos pequeños trucos que mantendremos en secreto, y que nos servirán para medirnos a nosotros mismos.
Nuestra capacidad de concentración. Las ganas que tenemos de mantenernos limpios y aseados. Las ganas de salir de casa o de hablar con otras personas. Los días que hace que no escribes en tu diario.
Son pequeñas pistas personales que nos servirán a cada uno de nosotros para saber cómo nos encontramos de ánimo. Ya. Ya sé que a veces es mucho más sencillo que todo eso. Que las ganas se notan tanto (que faltan, quiero decir), que no hay que recurrir a trucos para saberlo. Pero de las fases gordas se sale y luego vienen las que más duran, de recuperación lenta, y que también hay que controlarlas y conocerlas.

Truco para escribir cuentos y relatos, cuando nos quedamos atascados

Muchas veces tenemos una bien idea, una imagen de inicio que nos hace empezar un relato. Pero al poco de empezar a desarrollarla nos quedamos atascados.
Seguimos teniendo una buena idea, pero no conseguimos hacerla avanzar sobre el papel.
Tenemos para resolver este problema un pequeño truco, para estos casos de congelación literaria en donde nada parece salir bien.
Escribimos el principio; hasta donde podamos desarrollar la historia.
Escribimos después el final, terminamos la película, el relato, el cuento, girando la historia, dándole a ese final unos toques parecidos a su comienzo, para que se engarcen.
A partir de aquí nos falta lo más sencillo, rellenar el hueco que queda en medio. Hacer que encajen las piezas, que todo tenga sentido. 
Caminar desde la salida hasta el faro que nos espera con su luz.