29.10.09

Mariano Rajoy decidirá si dimite o no este próximo martes.

Mariano Rajoy lo ha avisado claramente; se la ha acabado la paciencia y este martes tomará decisiones. Es el Presidente del PP y no soporta más que le pongan zancadillas en su mismo partido.

¿Cuáles tomará? Una gran pregunta.

Lo tiene realmente muy mal, y algunas declaraciones como las de hoy de Aznar no ayudan en nada a encontrar una ventana por la que entrarle al problema.

"Hace falta un líder, no varios; un partido, no varios; un proyecto, no varios; la conjunción de estas tres cosas a mí me dio resultado", ha dicho Aznar para querer tranquilizar el cotarro popular, añadiendo fuego.

Es muy posible y aquí me lanzo a la piscina, que el martes nos llevemos alguna sorpresa interesante. Si su decisión es la de un líder que tiene un problema, es decir, resolverlo…, se equivoca. Ya no es hora de simplemente tomar decisiones puntuales.

Tiene excesivos frentes abiertos y él es sobre todo un político de raza, es decir, cree en su proyecto y en sus ideas, lo que le lleva a veces a perderse cuando le ponen zancadillas que no entiende, pues no es hombre de fontanería política interna y si externa.

Sus peores enemigos son los mismos que ya señalaba Alfonso Guerra en alguna de sus brillantes antiguas ideas, los colegas de partido político, y contra esos es muy complicado pelear.

Cuando Adolfo Suárez tras el Congreso de UCD en Mallorca vio su suelo moverse, rodeado de un grupo de políticos que no sólo no le apoyaban sino que iban cada uno por un lado, decidió irse a su casa. 

Hoy el caso es el mismo. Sus problemas no son tanto “los problemas” si no que tras ellos hay varios partidos políticos dentro de uno mismo, varias familias deseosas de gobernar, varios líderes que quieren saltar al primer puesto, incluido alguno tapado que desearía ser llamado entre aplausos de regreso del guerrero.

El martes veremos qué decide Rajoy.

El decano de Económicas de la Universidad de Zaragoza apunta que en 2010 no se saldrá de la crisis

El decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Zaragoza, José Alberto Molina, ha manifestado que en 2010 no será el año de salida de la crisis actual.
Así lo ha manifestado este miércoles en la lección magistral "El mercado de trabajo: un indicador de la situación económica real" en el acto de apertura del Curso 2009-2010 del Colegio Mayor Miraflores, presidido por el vicerrector de Estudiantes y Empleo, Fernando Zulaica.
El profesor Molina ha apuntado que "la crisis ha precipitado el final del ciclo expansivo" donde la dependencia de capital financiero internacional ha hecho que la crisis de liquidez tenga en España una “especial gravedad, dado que amenaza con interrumpir el gasto de numerosas empresas y familias muy endeudadas y necesitadas de financiación”.
Esta necesidad de financiación internacional se suma, según José Alberto Molina, a otras carencias del sector exterior: una alta dependencia energética que hace a España vulnerable a los precios del petróleo, y una especialización en actividades con escasa intensidad innovadora que obliga a importar nuevos productos y limita las ventas de aquellos que son poco innovadores sometidos a la competencia de países con bajos salarios.
Sobre el mercado de trabajo en Aragón ha apuntado que "con una tasa de paro del 12,02%, frente al 17,93% nacional, el mercado de trabajo aragonés debe seguir esforzándose en cumplir el “objetivo cantidad” (reducir la tasa de desempleo), pero además debe plantearse el “objetivo calidad” en cuatro aspectos concretos: productividad, estabilidad, seguridad y conciliación.
Sus recomendaciones para poder salir de la crisis económica fueron en primer lugar lograr una "coordinación internacional para, primero, definir una nueva regulación financiera internacional que incremente la transparencia y la supervisión y, segundo, estimule la demanda con inversión pública", en segundo lugar "reorientar la economía hacia actividades más productivas, con programas de inversión pública, intensificando la I+D+i y flexibilizando el mercado laboral", concluyendo que "la naturaleza estructural de la crisis y de estas recomendaciones me permite augurar que 2010 no será el año de salida de la crisis actual. "