13.10.09

Ricardo Costa, reta a Mariano Rajoy a un duelo de titanes

Morir matando es un activo de los soldados de guerra, una decisión de los que no quieren ni rendirse ni huir. De los que creen en sus principios, aunque estos sean equivocados.
Ricardo Costa es un MAL ejemplo para un PP deambulante y mareado que no sabe donde está. Es un niño pijo bien, que en periodos de crisis no ofrece una buena imagen a un PP herido. Pero al menos demuestra tener valor y coraje para no irse si no es porque lo despidan con todos los bemoles del mundo.
Es uno de estos casos, en los que sus valedores se están tirando de los pelos porque no han logrado domar al casquivano político. Por que hay que decirlo todo, en la política es muy normal tener dominados a los que están en los peldaños más abajo. El clientelismo es muy común y la obediencia lo normal.
Obedientes hasta para morir.
Y Ricardo Costa que aspiraba a que se quemara Camp en todos estos asunto y así poder aspirar a ser el "jefe" del jefe, se ha convertido en el cadáver necesario para que no ascienda la basura por el desagüe.
Resulta interesante el reto pero también triste y penoso, porque la sociedad, la que tiene inmensos problemas para llegar a fin de mes, está hastiada y muy dolida con estos comportamientos.
Jugar con fuego es peligroso, hacerlo con garrafas de petróleo en la mano es muy peligroso. Llevar mechero en el bolsillo es casi suicida.
Un poquito de por favor, señor Mariano, que no sé si lo sabe, pero es quien aspiraba a ser Presidente de España, un país casi acojonado que asiste impávido cómo no les sale un nuevo político en las últimas décadas, que sea capaz de asumir los problemas y resolverlos.
¿Qué decisión tomará ahora Rajoy?
¿Tomará alguna?

¿Qué valor tiene la educación en la economía de un país?

Quienes sólo logran cursar primaria tienen una tasa de paro del 25,4%; quienes estudian la primera fase de secundaria registran un desempleo del 23,6%; para quienes finalizan la segunda fase de secundaria el paro se acerca al 17,3%.
Los universitarios son quienes menos sufren el desempleo, con un 9,5% de tasa de paro.
Y entre los doctores el desempleo es aún menor.

Pero estos datos personales (se refieren al paro en las personas), son sólo un indicativo del valor real de la formación en la economía de los países.
Aquellos que cuidan y amplían la formación de sus ciudadanos obtienen a cmabio un valor extra en su economía.
Los países asiáticos lo saben muy bien y en los últimos años han aumentado tremendamente la calidad de su educación, hasta superar por ejemplos sus universidades a muchas europeas y americanas.
¿Qué hacemos desde España para mejorar la educación?
SAbemos detectar que está mal. Sabemos y decimos que debemos mejorar mucho.
Pero hay nos quedamos.
Son muy pocos los que apuestan por el consenso de una vez por todas para poner en acuerdo a todas las fuerzas políticas en crear un sistema educativo novedoso, activo, poniendo en valor el esfuerzo y las ganas, que prime a las personas y a sus posibilidades, creando estudios motivadores y válidos para el siglo XXI.

La educación tiene un valor social impresionante, un valor económico para los países inmenso. Todos lo saben pero pocos lo asumen cmo un reto.