2.9.09

La teoría de las líneas rectas y Europa

No es nuevo insistir sobre la teoría de las líneas rectas. El camino más corto entre Andalucía, Madrid y Europa debería ser por Toulouse. Pero a Francia no le interesa, para no dar salida rápida a España hacia Europa, y a España no le ha interesado porque hay que estar siempre pagando peajes a Cataluña y País Vasco para tenerlos contentos.
El territorio que sale perdiendo es Aragón.
Podríamos quedar convencidos de que el Pirineo Central quedaría "tocado" con una travesía de alto tráfico, pero sin duda también podremos morir de pena y abandono, si somos un territorio sin gente.
Aragón sin aragoneses sería un excelente parque temático, un hermoso desierto de polvo o de árboles, que todos los demás emplearían, menos los pocos aragoneses que quedáramos aquí. Muchos de nosotros, enterrados por viejos y el resto de crupiers en los casinos.
Hay un detalle que durante décadas se les ha pasado a muchos por alto. Está muy feo decirlo, más si lo digo yo, lo sé, pero si callo reviento.
Es un error político que todas las salidas de España hacia Europa sean por Cataluña y el País Vasco.
¡Con dos bemoles!
Tal vez como el miedo guarda la viña, ahora se estén dando cuenta de que los errores de estrategia se deben remendar, y tal vez así salgamos otra vez del ostracismo, no tanto por lo que somos sino por la posición en la que estamos dentro del mapa del Estado.
Han tenido suerte con los aragoneses que somos mansos de cojones (no todos, faltaría más), y nobles como dicen en las jotas rancias. Pero de tanto ningunearnos, igual nos salen dentro de 1000 años espolones y hacemos fiestas pa joder. Y todo por tenernos como un lugar de paso, como ciertos bares de carretera.

1.9.09

Las obras del tranvía, en Zaragoza, dejan a Valdespartera abandonada

Hay políticos muy justos para su labor política, y los hay que incluso para su labor gestora son incapaces de tomar decisiones acertadas lo que les debería inutilizar para dedicarse a trabajar para todos.
Hay mala baba en las obras del tranvía, porque muchas deestar personas no viven en la Zaragoza de todos sino en urbanizaciones del entorno y no saben lo que es utilizar los servicios públicos de transporte, por mucho que se les llene la boca con su nombre.
Las obras del tranvía hay que hacerlas con tiento y sabiduría, algo que el sentido común es capaz de entregar gratis a quien lo tenga. Es mucho mejor hacer pequeños tramos de forma rápida que grandes tramos que se eternicen. Es más lógico hacer cambios de líneas de autobús con un cierto tiempo para que los vecinos se acomoden a cortar todo tipo de solución pública al acceso a la ciudad.
Pero no pasa nada si se equivocan, piensan ellos, porque luego, una vez inaugurada la línea de tranvía, todo el mundo se olvidará de lo mal que se han hecho las cosas.