15.6.09

Un concejal que se niega a declarar ante el juez, es un mal representante de los ciudadanos.

Que un concejal sea llamado por la justicia a declarar sobre aspectos que podrían ser delictivos, es complicado de asumir políticamente.
Que el mismo concejal intente en su defensa decir que las pruebas que tiene el juez han sido obtenidas sin rigor, es políticamente oscuro pues esconde lo principal. Lo que hay detrás de esas pruebas.
Que el mismo concejal se niegue a declarar ante el juez que le investiga no es políticamente asumible.
Que el partido que le sustenta como concejal no le solicite con suma urgencia su acta de concejal, sentaría un precedente peligroso.
Que los aragoneses miremos hacia otro lado sería grave e imperdonable por mucho que no seamos capaces de valorarnos lo suficiente. No basta con quejarnos de nada y menos ante “Madrid”, debemos enmarcar como negativas estas acciones. Por cierto, que no son sólo responsabilidad de una persona en concreto, sino también en alguna medida de todas las personas que les apoyan, de las que consienten, de las que damos pábulo en los corrillos y silencio ante la justicia y las que tomamos decisiones ciudadanas con nuestro voto.
Los ciudadanos también somos responsables, porque se nos pregunta de vez en cuando lo que nos parecen las actuaciones de TODOS los políticos.

Aragón. Somos el territorio más educado del mundo.


Aragón es muy educado. No es capaz de levantar la voz ni el entusiasmo, por mucho que tengamos una palabra propia para definar lo que otros llaman por un atrivuto masculino.
Aquí tenemos rasmia pero la empleamos poco.
Incluso no la utilizamos ni para elegir, ni para saber distinguir, ni para exigir con calma.
Somos los más educados del cementerio.
En Madrid están encantados con Aragón porque además de ser pocos y con un extensísimo territorio semi vacío, no tenemos personalidad ni ganas de tenerla. Y lo curioso es que además creemos lo contrario.
No tenemos la necesidad de sentirnos dueños de nuestro territorio ni de nuestro destino, porque estamos muy bien entregados en los brazos de "papa estado madrileño" y no creemos ser capaces de mejorar.
Y para mal mayor, cuando se nos dan competencias demostramos ser unos inútiles como en el caso de la Sanidad, que clama al cielo sin oirnos.
Nos quejamos en el corrillo de la vecindad, en la distancia corta, pero vamos como borregos al dormitorio común a pedir perdón por quejarnos, no vaya a ser que "papa" se nos cabree y pueda ser todavía peor.
Los que despuntan se van a otras tierras a bendecir lo bueno que es el jamón de Teruel y las migas, y el resto que somos los menos ya y además los más dóciles, nos quedamos aquí a llorar nuestras lástimas.
Pero yo no me acostumbro a pensar que Aragón es tierra de ternascos degollados, será la edad, y creo que no debo pensar que la solución es imposible, pues como viajo, veo y observo, y distingo lo bueno de lo malo y de lo peor.
Aragón debe ser algo más de lo que es. Y nosotros, tú y yo, somos los únicos responsables de que seamos tan poca cosa.
No tiene las culpas los de Madrid, las tenemos nosotros, que no sabemos ni lo que queremos ni pasar de quejarnos entre nosotros con miedo y con la boca pequeña.
Mal vamos, pero peor podemos ir.
DEpende de todos nosotros.