20.5.09

Algunos amigos me piden mesura contra el PSOE. El bipartidismo es imposible

Algunos amigos, buenos amigos, me piden mesura en mis palabras contra el PSOE, pero es que el nervio interno no me deja tranquilo, lo siento.
A la falta de claridad en las medidas económicas, se une su falta de respeto a las opciones políticas que en otros momentos le han apoyado, que es de triste abofeteamiento en un juego político que además considero erróneo para las opciones progresistas.

La campaña de las europeas, vista desde la óptica de márketing general, es dura aunque posiblemente efectiva, pues movilizará a su electorado. Pero revisada desde la empatía política, es imposible de asumir. No se debe jugar a esto, amigos.

Primero y sobre todo porque divide a la sociedad española en rojos y azules. Mal vamos.

Segundo porque incita al olvido de todas las otras fuerzas políticas que SI existen y tiene un peso social muy alto, mucho más que el de representación política institucional.

Tercero porque da fuerzas con su propio dinero a la otra fuerza política en disputa a su vera, según su particular manera de ver la política. El PP con este tipo de carteles sale reforzado. Nada sirve más para un candidato, que el contrario te diga que eres malo malísimo, con una imagen de cara de asesino. Lo peor para las ideas es la ignorancia. Estos carteles van en contra de todos los partidos que no sean el PP, pero no contra el PP.

Cuarto y creo que muy importante. En caso de una división perfecta de la sociedad española entre rojos y azules, el PP siempre saldrá ganando. Es un error del PSOE, apoyar el bipartidismo puro como en EEUU, porque en este país somos muchos progresistas los que creemos en matices, en ideas propias y de colores variados, los que en una división entre dos, se quedarían en casa.

España en democracia, nunca, repito, nunca, será bipartidista.
Y si se irrita por nada al resto de partidos progresistas, se hará ingobernable este territorio.

Zapatero y el PSOE están teniendo problemas

Es enfermedad contagiosa en todo tipo de gobiernos democráticos, que la segunda vuelta sea un camino de pinchos y sangre, por ingenio casi siempre de un cierto despotismo, ilustrado o no, que tanto monta.
Que el PSOE actual se vea sólo y sin novias es culpa, les guste o no, de ellos mismos, incapaces de conservar amigos, si no los utiliza hasta sacarles los ojos. Es normal que los socios de uno, se cabreen y mucho si se sienten malqueridos cuando las aritméticas electorales cambian. A los amigos se les cuida si se quiere seguir contando con su amistad, y más debe entregar quien más tiene, sea poder o fuerza.
Si observan con quien se asocia el PSOE según el momento y el territorio, verán que es amigo árabe de hacer zoco y regatear, lo cual si no se es muy listo, te lleva a no saber nunca si compras caro o barato.
Tras el Debate de la Nación (puñetas qué nombre), Zapatero tiene que recular y rebajar los números de lo prometido, para regocijo de un PP dividido, que vive simplemente para aplaudir las heridas de un PSOE, de momento “tocado”.
En estos periodos de crisis en la economía, de crisis incluso en lo social, es cuando más se necesita a líderes políticos capaces de eso, liderar. Gestionar la sociedad que gobiernan con rumbo claro y asentado, no dando bandazos, no prometiendo lo que al día siguiente no va a poder cumplir, sin ni siquiera dar tiempo a los críticos a valorar si sería bueno o malo. Si la economía funciona a base de gestos, de calmas, de silencios, de tranquilidades, de ausencia de miedos; que se vaya cambiando de medidas según se pille cabreado a los socios políticos, es un riesgo que no se debe permitir alguien que aspira a ser considerado líder.
Otra cosa es que simplemente sea un gestor, un gerente de una gran empresa llamada España. Para eso, en serio, con contratar a un licenciado mileurista, de los que hay en el paro a millones (nadie quiere saber porqué), basta y sobra. Y se le puede echar a la puta calle a los cuatro días sin necesidad de hacer elecciones anticipadas. Mucho más barato.