6.5.09

Miedo a la muerte. Se puede superar con la edad.

Curiosamente el miedo a la muerte se va perdiendo según uno se acerca a la edad teórica de su encuentro.
Eso si, aumenta el miedo a la enfermedad incapacitante, a la asistencia total.
De niño todos tenemos algunos episorios de miedo a la muerte que nos paraliza al menos unos instantes. Descubrimos la muerte como algo real, que nos sucederá, que les sucederá a los que nos rodean.
Creemos todavía que puede ser evitable, que tal vez no siempre sea real, pero poco a pocovamos asumiendo este hecho y lo aceptamos.
Cuando la edad empieza a pesar, cuando ya hemos visto a grandes compañeros que se nos han ido, se asume como "normal" el propio hecho de la muerte, y uno suele encontrar la paz en esta asimilación, porque entiende que es inevitable.
Nadie desea la muerte, excepto los enfermos graves, pero se empeiza a valorar más la vida, una vez que se sabe que al final está la desaparición física.
Los creyentes lo tiene más fácil, creen en la esperanza de una nueva vida y esto les da ganas de pensar en el futuro, sin este cuerpo. Pero los no creyentes asimilan que este es un trayecto casual, y que la suma de toda la experiencia les hace disfrutar de su camino ya andado.
Asumir la muerte es un signo de madurez.
Quienes no la asumen, sufren más.

¿Cual es el tamaño de la actual crisis económica? ¿Qué está sucediendo dentro de los bancos ante la crisis?

En realidad nadie se atreve a señalar el actual agujero financiero que ha provocado la crisis económica con los bonos basura y las hipotecas subprime.
Expertos señalan que el agujero puede ser desde 100.000 millones a 5 trillones de dólares, cantidades tan dispares y avaladas ambas (y algunas intermedias) por expertos, que demuestran que no se tiene conciencia de lo que ha sucedido.
Incluso ni los protagonistas del desaguisado saben hasta que tamaño ha llegado el "invento".
Es muy posible que nunca sepamos la realidad, porque los bancos, principales damnificados y con ellos sus clientes, nunca reflejarán en sus contabilidades las pérdidas reales.
Porque en realidad hoy, muchos bancos, están sufriendo pérdidas reales, lo que no les impide seguir ofreciendo beneficios contables y reparto de dividendos.

En una contabilidad se puede reflejar el valor de unos activos para compensar unos pasivos, de forma que salga bien el resultado. Pero nadie de fuera puede saber qué contienen en realidad esos paquetes de activos "peligrosos" y con ellos es imposible saber si su valor es real.
Imaginemos que un banco apunta en su contabilidad paquetes de acciones o de hipotecas compradas, a su valor nominal. Las acciones fluctúan, más si no se sabe qué contiene el paquete, pero las hipotecas tienen el componente de los impagos que depende mucho de la calidad de los deudores. Sabemos que se han empaquetado las hipotecas según su calidad y que se han vendido como un producto financiero de inversión. Contra más peligrosas más baratas se han vendido, pero quien las compra las puede apuntar con su valor de deuda, como si las fuera a poder cobrar.
Lo mismo sucede si tenemos en cuenta los valores inmobiliarios de los bancos. ¿Cuanto cuestan hoy 1.000 viviendas a medio construir en el extrarradio de Madrid?, no se sabe. ¿Y 200 naves industriales ahora que las empresas cierran y dejan muchos locales sin uso?
Como los bancos han realizado todas estas operaciones con NUESTRO dinero, somos en realidad nosotros quienes estamos perdiendo en estos juegos.
Pero no nos lo dicen para no asustar.
Siguen poniendo cara de buenos chicos, porque saben que no iremos todos a la vez a pedir que nos den nuestros ahorros. Pueden tener (no tienen) menos dinero del apuntado en sus libros, pero de momento disimulan.
Por eso es imposible saber el tamaño de la crisis. Porque depende de cómo se puede disimular este problema contable. Porque depende del valor real al que quedarán las empresas y los valores inmobiliarios. Porque es imposible saber cuanta morosidad final tendremos en las hipotecas basura.

Las soluciones pasan porque los hipotecados paguen al final sus deudas, pero aun así en estos juegos se han perdido muchos millones, comprando y vendiendo riesgos a diferentes precios, que son responsabilidad e dirigentes economistas de mala calaña, que se irán sin pagar por sus abusos de laboratorio.
Alguien (muchos) descubrió que jugando con el dinero se puede generar más dinero. Pero también se puede perder mucho dinero. De hecho como el dinero no se multiplica espontáneamente, por cada euro que alguien gana, hay un euro que alguien pierde. Y al revés.

¿Os acordáis del Monopoly?