25.3.09

Los abusos en las residencias de ancianos privadas

Están haciendo a 300 metros de mi casa una nueva residencia de ancianos. Una cárcel para personas libres con el simple drama de tener una edad avanzada.
Muchas de las residencias de ancianos privadas no reúnen las condiciones básicas de convivencia y respeto hacia sus “clientes”. Es cierto que las familias a veces se encuentran en el dilema de elegir entre su propia convivencia y la de sus mayores y elige. Si, siempre sale perdiendo el anciano. Bueno, la anciana.
No es de recibo comparativo que haya residencias de ancianos privadas y públicas con un nivel de calidad excelente, en donde las visitas pueden hacerse en casi cualquier hora, en donde el anciano puede estar en su habitación tantas horas como quiera, con sus propios recuerdos y sus enseres básicos pero imprescindibles, como televisión, radio o incluso ordenador, y en cambio en otras residencias privadas deban estar SIEMPRE en salones comunes, junto a todos los ancianos de la residencia para ser controlados por menos personal, mezclando ancianos dementes con perfectos, personas con dolencias con otras con alguna minusvalía, ancianos en fases complicadas de salud con otras crónicas pero con una menta perfecta.
No es de recibo que se creen nuevas residencias en bajos de pisos, en locales semi adaptados para ello, metiendo en 500 metros a 30 ancianos, que deben ya convivir en zonas comunes, siempre. Sin aire ni luz natural si es un anciano no válido, encerrado entre 4 paredes decoradas con cuadros de papel.
Castigados todos con el mismo programa de TV, escuchando a las mismas personas durante años, con sus discursos repetitivos, sin poder escapar a su habitación o a la calle si tienen posibilidades. No tienen habitación más que para dormir. Con las visitas mezcladas junto al resto de compañeros de lugar, imitando risas para no llorar.
Si usted no desearía acabar su vida en estos lugares, debe hacer lo posible para que se sepa en qué condiciones viven nuestros ancianos cuando los ingresos de la familia no permiten pagar 2000 euros al mes. Lo que se hace en la hora de la comida, con las medicinas, con la limpieza íntima, por las noches, con el control de la salud, con los horarios de sueño y vela, es de investigar por todos. Desde la familia a las instituciones públicas que deben velar por la calidad humana.

24.3.09

A favor de las centrales nucleares. Ya lo siento.

Ser de izquierdas y estar a favor de las centrales nucleares es pecado grave, casi mortal, pero como cada día creo en menos cosas y de momento el cielo no entra en mis proyectos, me importa poco defender mis ideas, aun sabiendo que son minoritarias entre “mi público” lector. A lo sumo seguirán pensando que estoy loco.
Necesitamos tanta energía que es imposible dotarnos de ella sin entrar en conflicto económico grave o en contaminación tremenda. Da igual el sistema que empleemos para conseguirla, al menos de momento. Y es imposible que la sociedad renuncie a ella porque si bien cada día hay más concienciados con el control en el consumo, con el descrecimiento, por otra parte cada día hay más también que creen que pueden hacer con sus ingresos lo que les venga en gana.
Las economías emergentes, si crecen a la mitad de lo que se sospecha que quieren, la mitad repito, y sin que yo les puede negar el derecho a ser como nosotros, van a necesitan tanta energía que en cuanto la economía vuelva a calentarse sólo un poquito, la subida de precio volverá a ser brutal. El debate está abierto porque franceses y americanos, italianos o japoneses están opinando al respecto.
El petróleo es una energía imposible de apoyar desde posiciones de izquierdas. Contamina mucho, crear guerras, está en manos de grandes corporaciones, manipula gobiernos, sirve para financiar las economías capitalistas a través de impuestos a costa de países de población pobre.
Las energías renovables también contaminan, no en forma de resíduos, no en CO2, pero si en la transformación del paisaje, en la destrucción de los habitad naturales, al llenar de molinos o paneles, inmensas extensiones si queremos hacerla económicamente rentable.
El descrecimiento es una excelente idea si la población participa en ella. Pero una utopía todavía, si esperamos que sea la sociedad la que decida cambiar sus hábitos y un castigo si la obligamos a ello.
Francia o Portugal nos puede poner una central nuclear en cualquier momento a escasos kilómetros de nuestro territorio, y vendernos la energía a nosotros, que siempre seremos incapaces de ponernos a pensar en clave de futuro. Los peligros serian compartidos, pero las ventajas serian para ellos. El gran problema de la elegía nuclear no es la contaminación ni el peligro de que explote una instalación. Por cierto, hoy mucho más seguras que hace un par de décadas.
En Ucrania y Bielorrusia –y no se me diga que todo fue secreto para llevarme la contraria–, murieron de forma directa muchas menos personas que en Irán, Irak, Kuwait, Líbano, Siria, Palestina o Jordania. La energía es sinónimo de guerra desde los prehistóricos, y esto lo sentimos desde la izquierda y desde la derecha. No hay duda que la central de Chernobil ha hecho más por el ecologismo que la energía solar. Pero no se pueden sacar conclusiones por una gestión más que nefasta de un gobierno incapaz. Y serán este tipo de gobiernos los que volverán a crear centrales nucleares si los demás no queremos montarlas en nuestro territorio, con el aumento del peligro por sus malas gestiones.
Pero añado más para terminar. Negar la energía nuclear es negar la energía barata. para los menos ricos. Si fuésemos puros y decidiéramos que hay que controlar la venta de la energía para evitar abusos que contaminan, si se lograra que la energía fuera tan cara que sólo unos pocos pudieran utilizarla para asuntos “importantes”, España no tendría energía, no podría comprarla. No tener en el mercado más energía de la que se necesita va en contra de los países pobres o medianos. A los ricos esto se la chifla. Los ricos tienen dólares para pagar cualquier tipo de precio, porque lo ponen ellos.