21.2.09

Antonio Machado y Soria

Mañana hace 70 años que Antonio Machado murió en una habitación del hotel Bougnol-Quintana de Colliure, localidad en la que está enterrado.
Machado, el Antonio, simboliza la cultura de la República, pero también de la derrota de esta tras la Guerra Civil.
Yo conocí su obra a través primero de las canciones de Serrat; eran años en los que no podía ir a la escuela, y mis numerosos viajes a Soria me llevaron a admirar sus poemas pero también a soñar con su obra visitando sus rincones.
Todavía de vez en cuando, visito la tumba de Leonor en Soria como un ejemplo de amor pero también de creación literaria, pues sin querer uno se traslada a otro siglo, a rincones de calma y de creación. Machado fue maestro en Soria, pero dejó su espíritu en una ciudad única.
Soria es un lujo que no sabemos valorar en su justa medida.

Los ricos más ricos y los pobres más pobres.

Voy a explicar lo que yo creo es de forma muy sencilla, una de las razones (a debate económico, por supuesto), que se relaciona con el crecimiento de los paises ricos y el estancamiento de los pobres.

Imaginen a dos niños hablando. Dos pequeños chiquillos intercambiando cromos de fútbol y comprando golosinas. Con el tiempo, estos dos niños empiezan a descubrir juntos todo tipo de cosas, y hablan y debaten entre ellos, y crecen y maduran, y acaban hablando de ética, de política, de economía y filosofía. Esos dos niños, que ahora son dos hombres, son los países ricos. Que cada vez crecen más por que se ayudan entre ellos, porque pueden pensar cada vez mejor, y puede leer Ulises y entender la física quántica.
Ahora imaginen que se acerca un niño pequeño, tal como eran ellos antes, al principio, con sus chuchearías y sus cromos de fútbol. Ese niño, es un país pobre.

El problema es que ese niño no tiene con quien intercambiar los cromos, ni nadie con quien comenzar una conversación y que le haga madurar. ¿Saben por que? Por que los adultos le tratan continuamente como a un niño. Le hacen carantoñas, le ríen las gracias, e inclusive le dan dinero para que se compre más cromos, pero el niño sigue siendo niño, por que los adultos entienden que no está preparado para leer Ulises ni entender la física quántica. El niño está destinado a ir siempre a la zaga de los adultos.

Ahora cambien la edad por el capital físico y humano, por el desarrollo de la cualificación laboral, por la democracia, la libertad.
A los países pobres les pedimos exactamente lo que retrasa el crecimiento, bienes intensivos en mano de obra poco cualificada. Lo cierto es que no les robamos nada, los ricos no se hacen más ricos por que les quiten algo a los pobres, si no que los utilizan para centrarse en crecer exponencialmente, mientras la base (economias agrarias, extractivas, industrias atrasadas) que son igualmente necesarias pero con un crecimiento mucho más lento se mantiene en los pobres.

De ahí las manidas frases de “Enséñame a pescar, no me des pescado”.

Pero el problema no es sencillo, ni mucho menos. La realidad es que habría que tratar al niño como un adulto, invertir directamente a gran escala y potenciar el desarrollo de la economía, pero, ¿Si todos somos masajistas y asesores y técnicos en marketing, quien extrae el carbón y recolecta el algodón? ¿Tenemos derecho a expandir los servicios casi obligando a los países pobres a abastecernos de gran parte de nuestra base económica?

De nuevo, agrego, hay opiniones contrarias, si ustedes desean, se abre el debate.
Saludos.