1.2.09

Los pequeños placeres de la vida, cógelos

Debemos disfrutar de los pequeños placeres de la vida, de esos que son sencillos y fáciles de conseguir, de los que se presentan todos los días ante nosotros y no les hacemos caso, de los que sí son posibles cuando creemos que hay muy pocas cosas posibles.

Tomar un buen café sola o en campañía de alguien, observar en un bar cómo se mueven las personas, oler un campo recién regado, leer un periódico o un libro de la biblioteca, tomar unas patatas fritas, ver una película y abstraerse, correr por un parque cuando la luz se escapa, acercarse hasta un río y observar cómo se escapan las hojas que le tiramos, ir a ver a un niño o a un anciano, perderse por las calles que nunca visitas.

Llama por teléfono a esa persona que hace muchas semanas que no sabe nada de ti, hazte un plato para cenar de esos que pocas veces cocinas, compra un buen vino y saboréalo despacio, goza de tu sexo con calma siendo igual si es en compañía o a solas.

Los pequeños placeres son alcanzables, no los dejes escapar.

Pequeñas realidades visibles de la crisis.

Ya ha pasado cierto tiempo desde que la crisis nos dejo ver sus efectos, y podemos decir que ya estamos dentro, metidos y rodeados por la situación económica. Hemos pasado de la introducción, y pasamos a desarrollar el nudo de la historia económica. Y actuamos en consecuencia.

Cambiamos nuestros hábitos y nos habituamos a las condiciones con las que nos topamos, como todo ser vivo y racional. Estos cambios intentan alejarse de todo aquello que obtenga perdidas y se acerca e intenta respirar por las pequeñas burbujas que nos deja la realidad económica.

Una de esas burbujas es el consumo de marcas blancas. Los habituados a ellas no pueden cambiar, pero ciertamente existe un gran porcentaje de población que las descubren. Estoy seguro de que estos días han visto por la televisión anuncios de cadenas como Dia, y Lidl. Anuncios largos, no solo de las ofertas de la semana que intentaban anunciarte los nuevos productos, sino anuncios más elaborados (de mejor o peor forma) en donde lo que intentan venderte es la tienda en si misma, el concepto, el precio.

Los bancos han dejado de invadir la cuota publicitaria pidiéndonos entregar nuestros ahorros. La confianza entre ellos aunque muda, empieza a emitir gemidos. Y el Banco Central Europeo y las medidas económicas han favorecido su progresión.

La publicidad, eso que todos los dias nos llena de capitalismo bruto y marketing las orejas mientras comemos, nos puede dar una visión de la realidad de las empresas, sus necesidades, sus puntos débiles. La economía no son solo datos y números, y todo el mundo puede sacar sus propias conclusiones (más, mejores y diferentes, y entre todos, más completas).

Saludos.