15.1.09

Las sectas crecen en España

Estamos asistiendo al crecimiento de las sectas en España, envueltas en ideas seudoreligiosas, apoderándose de las mentes de jóvenes matrimonios, en una escalada que va a más según la propia sociedad se cuestiona su papel en la misma, según crecen los problemas globales de las nuevas parejas, que necesitan buscar soluciones a sus ansiedades, a sus problemas de todo tipo.
Los "listos" saben las necesidades actuales de la sociedad y los mecanismos para apoderarse de la libertad de los más débiles, a veces empleando religiones conocidas, otras empleando ideas increibles sobre marcianos o vida después de la muerte.
Uno de los actuales pilares de sus actos ilegales es apoderarse de la educación de los niños a través de sus propios padres, para crear nuevas generaciones de adeptos.
Todo tipo de secta necesita sobre todo financiación y además de apoderarse de las personas intentan "robarles" sus pertenencias, separándolos de sus familias y sus trabajos, para pasar a depender en todo de la secta.
Ante cualquier duda, lo mejor es consultar con las autoridades, denunciar los hechos si algún hijo o padre vemos que cae en grupos extraños con ideas grupales que les coartan su libertad. No es lo mismo pertenecer libremente a un grupo del tipo que sea, pero del que se puede salir libremente, que ser abducido por una secta cuya meta principal es evitar que decidas tu salida voluntaria del grupo.
Escapa de todo tipo de asociación en donde te dejen ascender rápidamente en el escalafón y en donde te ofrezcan soluciones a todo tipo de problemas de forma rápida y fácil. Los milagros no existen. Al menos en el siglo XXI.

¿Qué hacer cuando el amor se rompe?

El amor no es eterno. Ese amor que soñó y se imaginó, el que vivió en un momento dado, no es eterno.
Va cambiando, se transforma y en estos cambios puede bajar tanto que se rompa.
Lo aconsejable es ir adaptándose a los cambios, asumir que nada es eterno y que todos debemos cuidar lo que nos importa. Es cierto que en estos tiempos actuales, es más complicado asumir la inevitable, asumir los cambios de nuestras parejas, aceptar que en los cambios se pierde luz e ilusión, pero es la única manera de asegurarnos la paz interior y la lógica marcha de la vida.
El compañero de vida cambia pero nosotros también. Nosotros tenemos que asumir esos cambios pero él también, es un trabajo al menos, de dos.
Es malo discutir acaloradamente pero también tragar con todo. El respeto es fundamental, pero también el diálogo, la conversación, la empatía.
Cuando ya no es posible la convivencia en calma es inevitable la ruptura, y entonces hay que procurar que no se produzcan heridas. No sirve de nada romper por las bravas. La vida sigue y lo mejor es seguirla con calma y limpieza pero sin dejar heridas en ningún cuerpo.
Y si es necesario, acudir a un consultor, a una persona que haga de intermediario. Puede ser un amigo sincero o un profesional de la psicologia o alguien en que confíen los dos miembros de la pareja.