12.1.09

Esperanza. ¿Qué es mejor, colaborar ayudando o criticar activamente?

Los japoneses escriben "esperanza" con la grafía que se ve a la izquierda.
Hermosa palabra.
Es pe ran za
Hoy tengo ganas de gritar, curiosamente, de alegría.

Tras estas líneas, viene la reflexión; posiblemente un periodo de varios meses, porque aunque parezca lo contrario, soy un hombre lento, indeciso.
Y con la reflexión, espero, un nuevo periodo de vida activa, con algunos cambios que espero sean suficientes para sentirme a gusto con los nuevos caminos.
Espero que la salud me acompañe, será mi punto débil, pero no por ello, espero, suficiente pobre como para que no me deje laborar en aquello que siempre me ha gustado. La sociedad.
No garantizo nada, soy sincero y débil de carácter, tengo grandes dudas sobre el camino a explorar, incluso dudas en si merece la pena intentarlo.
Mis miedos tienen el peso de no saber qué es mejor. Si participo en ayudas sociales, lo que hago es trabajar en un juego asqueroso de malos repartos que se enquistan precisamente porque siempre hay grupos que los intentan dulcificar. Si en cambio me vuelvo crítico pasivo, no hago lo suficiente sabiendo que se necesita cien veces mil.
Tremenda duda en unos tiempos duros a los que hay que aportar alegría y esperanza.
Es pe ran za

No sirve para nada. Prohibido preocuparse y quejarse.

¿Para qué sirve preocuparse?, las preocupaciones nos atenazan pero en realidad no sirve para nada sentirse atado por los problemas. La mayoría de las veces nos preocupamos por asuntos que o no tiene remedio o no han sucedido todavía, con lo que nuestra energía negativa no sirve para nada.
Dicen que el 40% de nuestras preocupaciones son sobre temas que NUNCA sucederán.
El 30% sobre temas que ya han sucedido y que no podemos evitar o que son tan graves que nada podemos hacer por ellas.
El 22% es sobre asuntos triviales.
Un 4% sucede sobre asuntos sobre los que nosotros no podemos incidir para mejorar o empeorar
Y sólo el otro 4% son asuntos sobre los que SI podemos actuar y mejorar o empeorar.
¿De verdad merece la pena preocuparse tanto para que el 96% de esos asuntos sean imposibles para nuestra forma de actuación?
Debemos ir subiendo escalones y disfrutar del camino, para estar abierto a resolver los problemas de verdad solo cuando lleguen.