3.1.09

Curar la tristeza. Es un síntoma. Puede llevarle a una depresión.

No estamos hechos para estar tristes. Por mucho que a veces piense que la vida no le es grata, que no tiene suerte, que otros a su lado viven mejor, que le resulta muy complicado conseguir la felicidad, piense que hay civilizaciones que no tienen nada y en cambio no están tristes.
La tristeza es un síntoma de que algo va mal dentro de nosotros. No fuera.
Para encarar y resolver los problemas no hay nada peor que arroparse de tristeza, porque la pena no vende, sino espanta.
La tristeza puede ser la antesala de una depresión, si dura más de un par de semanas. Y si es así, debe tranquilamente consultar con su médico de familia, que le indicará las pautas para intentar resolverla.
No se asuste, muchas veces una tristeza como antesala de algo peor, es un cambio hormonal, una deficiencia química en el cerebro. Una enfermedad tratable.
Las personas con depresión no están así porque quieren o porque no luchan con fuerza, lo están porque les falta un componente químico en el cerebro, que se puede aumentar con dosis farmacológicas.
No esté triste, resuelva su problema con ayuda de otras personas.

1.1.09

La contabilidad de la Expo 2008 hace sudar.

Como se temía, la contabilidad explicada tarde, de la Expo 2008, es tan urgente y mal planificada como muchas de las obras de acompañamiento de la propia Expo.
La Expo ha sido una ocasión perdida de conseguir que Zaragoza despegara en el mapa europeo, pero además ha sido otra ocasión más de endeudarse para casi nada, en obras mal planificadas, inútiles en algunos casos, caras y sin control del gasto, sin pensar en el futuro sino sólo en el presente.
Casi todas las obras "buenas" eran proyectos que deberían haber sido inaugurados antes del año 2000 y que Zaragoza como Aragón conllevaba como un déficit histórico en cuanto a inversiones públicas estatales.
Pero lo grave no son estas obras, sino sus acompañamientos.
Nombrar el azud, el teleférico, las riberas del Ebro sin cuidar, todo el recinto de la Expo sin futuro claro, es una pena.
La mala (nula) proyección mundial de la Expo es de premio a la estulticia. Aquí ya no cuentan los dineros perdidos en inversiones inútiles sino el no aprovechamiento de lo que pudo haber sido y no fue.
Pero en este país, Aragón, no pasa nada, nunca pasa nada.
Así nos va.