30.12.08

Israel, Irán y los amigos de los amos. O cómo provocar una guerra para salir en los libros.

El señor George no sabe como irse a casa sin lograr pasar a la historia como un "buen" político, así que ha pensado que es el momento de provocar a Irán para que no siga fabricando defensas.
Y la mejor forma de provocar al chulo de la clase es darle de hostias al amigo pequeñajo que le ríe las gracias. En este caso a Hamas.
En medio, el pueblo palestino muere y llena de sangre la historia de este entre siglos que estamos viviendo, como un pueblo sin poder, sin voz, sin nadie que le defienda.
Israel es el "listo" de la clase que le pasa apuntes al mal estudiante George para que copie en los exámenes, y a cambio como el tal George es más alto y fuerte, le defiende simplemente haciendo saber que son amigos.
En estos momentos no es que haya choque de civilizaciones, que también, sino sobre todo hay choque de líderes mundiales que quieren pasar a los libros como "profetas" visionarios.
Si no fuera porque todo un pueblo está muriendo por nada, parecería un ajedrez "Gran Hermano" para la televisión, pero la sangre inunda las calles por mucho que no se deje a los periodistas que enseñen cosas desagradables para el márketing político.
De existir Dios o Ala, de existir los dos, se habrían juntado en el cielo y con unas cervecitas en la mano, habrían bajado a dar dos hostias bien dadas, a algunos políticos vestidos de traje.

28.12.08

La III Guerra Mundial se libra en el Tercer Mundo

El mismo día en el que moría Samuel Huntington, autor de 'El choque de civilizaciones', Israel decidía bombardear la Franja de Gaza en brutal respuesta a los ataques iniciados por los palestinos.
Parece que el mundo está condenado a la guerra constante, en evitación de una guerra mundial puntual.
Los países occidentales han encontrado la manera de librarse de una III Guerra Mundial, y es consintiendo o incluso en algunos casos alentando, pequeñas guerras territoriales o religiosas que sirven para desahogar gastos militares, enseñar dientes, marcar territorio como los perros, jugar a gestionar el mundo.
De momento está saliendo bien este experimento en el que miles de inocentes civiles pobres pagan con su vida a cambio de que no la pierdan otros civiles del primer mundo.
No todos somos iguales, según la historia.