17.12.08

Galerías Primero y su derecho a defenderse con la ley

La situación actual de Galerías Primero es complicada, por su implantación territorial, por su delicada situación de tesorería, pero sobre todo por el parón comercial de estos 5 meses y por la "invasión" sufrida en su sede durante este tiempo, por parte de la empresa de su competencia más directa, que en estos momentos sabe lo que cobran sus directivos, a quien compran y a qué precio, qué tiendas son rentables y cuales no, en qué barrios o localidades hay más margen comercial, cómo es la estructura de distribución y almacenamiento, cómo los controles de calidad y sanitarios, cual la situación de gastos fijos y de inversiones, de inmovilizado o de deudas a medio y largo plazo.
Galerías Primero ha quedado tocada, y lo lógico por ley, es que la empresa que ha hecho posible todo este barullo, tenga una responsabilidad subsidiaria, al dar marcha atrás en su intento de compra.
No puede ser gratis para la otra empresa, la pérdida de credibilidad de Galerías Primero, la entrega de toda la información empresarial, la pérdida de imagen comercial de Galerías Primero. Si la ley no ampara al que ha sufrido los embates, la ley está mal hecha. Y si lo que ha sucedido queda "gratis" por contratos firmados con anterioridad a la entrad de la otra empresa en sus despachos, debe exigirse responsabilidad a quien no previno que esta situación podía producirse.
No es lógico que se entre en el corazón de una empresa durante 5 meses, y que quien entre sea la empresa de la competencia, y que después pueda decidir sin coste, abandonar la operación.

16.12.08

La depresión es una enfermedad que se cura

Si tenemos depresión, debemos asumirlo y decirlo con clama pero con tranquilidad. La depresión es una enfermedad más. Simplemente una enfermedad. Y al igual que contamos a los amigos y familiares que tenemos gripe o una pierna rota, debemos decirles que tenemos depresión.
Estar diagnosticados de depresión no es sentirse un vago, si no se puede trabajar, no se debe sentirse un inútil, simplemente un enfermo que en ese momento no puede trabajar con normalidad.
Es habitual que la sociedad confunda al enfermo de depresión con un quejitas, con un vago, con una persona que finge, que se inventa síntomas para algo en concreto. Nadie de ellos han tenido nunca una depresión de verdad.
Por eso no nos deban importar esas personas que nos miran por encima del hombro, cada día más, se asume que la depresión es una enfermedad que se trata con medicamentos, que se diagnostica como una disfunción química del cerebro, por muy diversos motivos y que se puede curar.
La mejor manera de que se respete al depresivo es dar a conocer el problema con naturalidad e informar de la marcha de la enfermedad. Nadie es depresivo porque quiere.
Y por cierto, los psiquiatras, que son quienes tratan la depresión, ya saben diferenciar a quien engaña de quien sufre la enfermedad con dolor.

La maraña de hojas del pino, no dejan ver la luz ni en invierno. A nadie sorprende ver que hay árboles, a los que no se les caen los problemas al suelo.