21.10.08

Reir, hay que reir, hay que curarse con la risa como medicamento.

No es fácil reír, no es sencillo encontrar lugares en donde la sonrisa, la carcajada, el buen humos esté repartiéndose para que podamos ira allí a pillar cacho.
La risa cura, dicen que casi tanto como hacer el amor, y encima no hay que ducharse. Todo un lujo.
El humos literarios nunca me ha enganchado, no está muy logrado, pero hay chistes de algunos dibujantes españoles que son una auténtica maravilla.
El comic sencillo, sirve cuando menos para hacer sonreir que ya es algo importante. No tenemos ya ni a Hermano Lobo ni a La Codorníz, pero nos queda El Jueves. No pasa el tiempo por sus historietas. No la tire, las relea dentro de unos años, volverán a encandilarle.
Programas de humos en televisión hay, y casi todos nocturnos para que nos podamos apagar con una sonrisa. No los pierda de vista, son mejores que el Orfidal.

La mala leche de algunas personas

Hay personas que tiene mu mala leche, que sus trabajos están hechos para su personalidad o al revés, y desde sus púlpitos de pequeño o gran poder, asustan, retuercen, talan y podan según les da gana, siempre sin el humanismo lógico de todo ser humano.
Muchos nos preguntamos todos los días de donde viene este cabreo generalizado, este odio escondido entre ventanilla y semáforo, entre personas que hacen fila, entre conocidos y desconocidos.
Todos hacemos lo posible porque este mundo esté lleno de mala leche, de poca comprensión con el vecino de vida.
Así nos va a todos, porque eso si, a todos los cerdos les llegan su San Benito.