10.8.08

Entender la crisis social, más que la crisis económica

Tú eres de los muchos que estás convencido que la actual crisis económica es fruto de una crisis inmobiliaria; es lo que nos dicen constantemente y es lo que nos tenemos que creer.
Pero esto no es cierto del todo.
Hace más de 20 años con el sueldo bruto de un oficial de no más de 3 años, te podías comprar un piso de segunda mano.
Hoy, para comprarte un piso, un hogar y luego explicaremos esto, necesitas el sueldo bruto de trabajar 15 años.
Pero el precio de la vivienda en España está a la altura del precio de la vivienda en Europa, no es más cara; quien diga esto miente o no tiene información.
Lo que no está a la misma altura que Europa son los sueldos.
Es cierto que el piso actual no tiene las mismas calidades que el de hace 25 años, y que esto ha encarecido el valor, pero se están entregando pisos con una calidad alta pero que por las negociaciones con los proveedores desde las promotoras grandes, cuestan de fabricación igual que uno de calidad baja. El precio del suelo de Porcelanosa puede ser el mismo que el de un proveedor con suelo de terrazo e igual pasa con las sanitarios, etc.
Ya se que el resultado para el consumidor es el mismo si los pisos están caros como si los sueldos están bajos, pero las soluciones no son las mismas. Los efectos no son los mismos.
La actual generación de jóvenes han visto cercenadas sus posibilidades de emancipación (y aquí entra el tema social con toda su fuerza) y tanto ha apurado el apretón e la sociedad, que como además desean ser felices y segur vivos en este mundo duro, han renunciado a tener hogar propio.
Tienen pareja pero sólo un par de días a la semana y durante las vacaciones. Tienen todas la comodidades pero en casa de sus padres. Gozan de los pequeños lujos de la clase media, restaurantes, bares, ropa, viajes, coche, pero a costa de privarse de los gastos lógicos para su edad, el hogar y todos sus enormes costos que saben que es imposible soportar.
Pero una vez que la sociedad en grupo toma esta decisión, todo el chiringuito montado alrededor del consumo cíclico se cae por su propio peso. De golpe ya no se compran electrodomésticos o pisos, simplemente se usan los de los padres; no se gasta más en luz o agua o teléfono fijo, se gasta el de los padres o se cambia por el teléfono móvil; como se sabe que el trabajo es un bien sin valor que puede desaparecer en cualquier momento la productividad se resiente, la formación no sirve para nada pues no se sabe en qué trabajo se terminará laborando, se acude al trabajo a cumplir con miedo el asunto y sin media implicación.
La sociedad se queda además sin el recambio lógico, los hijos, pues en todo esta nueva concepción social, lo que no tiene lugar de existencia es la posibilidad de tener hijos. Se logra ser feliz de 10 a 24 horas, los fines de semana y las vacaciones. Incluso muy feliz. Más feliz que secuestrados por una hipoteca y por unos trabajos duros que te amenazan con despedirte.
Se vive “al día”, se gasta todo lo que entra y no se cree en el ahorro ni en la inversión familiar a medio plazo.
No hay hijos, no hay deudas soportables, no hay ahorros, no hay inversiones en unión, no hay hogar.
¿Cómo seguirá funcionando la sociedad?
Pues sin duda cuando los padres fallecen, dejan a los hijos una herencia en forma de piso, o incluso cuando se hacen mayores una pensión que ahora se destina a pagar residencias de ancianos pero que en breve se destinará a aumentar los ingresos de la familia. A partir de este momento se retomará la necesidad de formar hogar propio. Pero se tendrán más de 40 años. Vamos camino seguro de que las nuevas familias tengan en su formación una edad no media pues aquí entrarán los datos de los que se pueden casas jóvenes, sino real para una parte importante de la sociedad joven, de más de 40 años. Tiempo en el que es muy difícil poder crear el recambio generacional de dos hijos por pareja. No tanto por edad como por gana, por fuerza, por ganas de soportar la inevitable nueva vida a la que te llevan los hijos recién nacidos, en muchos casos que llegarán a la vez que tendrás que cuidar, bien o mal, a tus propios padres, sobre los que has vivido toda tu juventud, parte de la madurez e incluso sobre la que puede pivotar ahora la formación del nuevo hogar.
Otro día intentaremos hablar de las soluciones, pero hay muy pocas, aviso.

Consejos para evitar el estrés en el trabajo

Si has llegado hasta aquí a través de Google, es muy posible que ya hayas leído cien consejos para evitar el estrés en el trabajo, de los cuales 99 te habrán parecido bobadas.
Vamos a ser sinceros, algunos eran buenos pero no fáciles, buenos pero no apetecibles.
Si quieres evitar el estrés en el trabajo, lo básico, lo primero que tienes que asumir, es que hay que tranquilizarse, hay que parar la pelota y respirar.
Es mucho más sencillo de lo que parece, simplemente necesita de tu propia decisión. Si no paras y recapacitas, es muy posible que termines enfermo con depresiones, ansiedades o problemas físicos de complejo diagnóstico.
Creo que estamos de acuerdo ambos, en que lo primordial eres tú, es tu vida, pero sobre todo tu calidad de vida.
Vivir lo hacen incluso las malas hierbas, pero nosotros debemos exigir una calidad de vida común a la que hay en nuestro entorno.
Toma pues la decisión de tranquilizarte, es fundamental.
La diferencia entre sufrir o disfrutar del trabajo depende en casi todos los casos de ti. No es sencillo asumir esto, pero todos los trabajos dependen de tus decisiones, eres el responsable de que entiendas el trabajo como algo positivo o como algo negativo, como una actividad que te hace disfrutar o en cambio de un esfuerzo que sólo te lleva al fondo.
Ya se que hay centenares de trabajos absurdos que te hacen pensar que no merecen la pena, pero eso es falso, tu trabajas para ti, no para tu jefe, trabajas porque necesitas trabajar y conseguir un sueldo para tu vida, todavía no tienes la suerte de trabajar para el bien de la comunidad, trabajas para una empresa que efectivamente, gana más dinero que tú a costa de tu trabajo, pero como eso es inevitable, debes obviarlo, revisa tu forma de ver el trabajo, es una actividad que te debe ayudar a crecer, olvídate de para qué sirve lo que haces, si alguien te paga por ello es porque es muy importante, haz que tu labor sea perfecta, disfruta haciendo muy bien tu trabajo, con tranquilidad, decidiendo que la calidad es más importante que la rapidez, entregando lo mejor de ti y disfrutando con el trabajo terminado.
Me da igual qué tipo de trabajo haces, todos ellos permiten ser enfocados desde la óptica del trabajo muy bien hecho. Si tienes que trabajar en una cadena, revisa tus puntos de control de calidad, sigue totalmente los procedimientos para que lo que entregas salga perfecto, para que sepas que aquello que alguien va a emplear en otro lugar, está hecho con todo el carino y profesionalidad posible. Disfruta de esa sensación.
Recuerda que en el trabajo tienes unos derechos que nadie puede pisar.
Derecho a pedir lo que estimes correcto.
Derecho a decidir según tus competencias
Derecho a que te paguen un sueldo con arreglo a tu trabajo
Derecho a tu intimidad
Derecho a decir que NO o a despedirte de esa empresa
Las empresas también tienes derechos, y no te quepa duda de que ya los ejercen, todos, luego simplemente asume que la parte de tu vida que vendes por un sueldo, debe ser un tiempo lo menos estresante posible, lo más feliz posible, lo má agradable, lo menos enfermo.
Si mañana enfermas de verdad, nadie de la organización se acordará de ti, serás incluso un estorbo, nadie deseará saber si has enfermado por el trabajo que hacías, por la propia labor y responsabilidad, simplemente serás un elemento que sobras y te olvidarán. Por ello y al igual que la propia empresa te exige que engrases la máquina cada semana, tu debes engrasarte a ti mismo y cuidar tus engranajes mentales.
El estrés mata, o lo que es peor, el estrés te mata siguiendo vivo, el estrés te puede convertir en una persona sin libertad, apática, con deseos suicidas, con una visión negra de todo lo que te rodea, lleno de pastillas diarias que te invalidan, con debilidades coronarias graves, con una acritud hacia tu familia que te pueden llevar a la destrucción de la relación.
¿No crees que es un buen momento para tranquilizarte y tomar la decisión de para la pelota?
Si te mueres (aunque sigas vivo) tampoco podrás seguir manteniendo el nivel de vida actual.