21.7.08

Nozar y la CAI hablan sobre la venta de Sabeco

Los vendedores empiezan a hablar. Y hay una frase que me resulta cuando menos curiosa. Entendiendo además que nunca sabremos toda la verdad, o lo que es peor, parte de lo que se nos diga será literalmente mentira.

Tanto Nozar como CAI, propietaria del otro 40 por ciento, consideran que los planes de desarrollo del negocio que han impulsado en Galerías Primero desde 2004 se han cumplido "completamente", de manera que dejan la cadena aragonesa como "una más consolidada y saneada".

Si son ciertas las apreciaciones, se ha vendido la empresa de distribución Galerías Primero en la mejor de las situaciones posibles, lo cual sería una barbaridad, pues deja a Aragón sin su grupo de distribución estrella y con más de 50 años de vida a sus espaldas.
Y que la venta la haga una empresa privada es lógico, pues para eso hace los negocios, pero que lo haga una Caja de Ahorros aragonesa ya no lo es tanto, pues no tiene como fundamento hacer negocios con la venta de empresas. No es un banco.
Porque no creo que exista duda de que Galerías fallece en esta operación y que casi toda la distribución alimentícia en España queda en manos de grupos extranjeros. Queda Mercadona y Eroski intentando defender el pabellón.
Seguiremos escuchando.

El viento es mi amigo

Escucho el silencio romperse con una ráfaga de viento que me mueve las cortinas de la puerta de entrada. Sin querer se me va la vista hacia ellas esperando que alguien entre en la casa por la puerta abierta.
No hay nadie, estoy solo en el pueblo, es el viento que ha entrado para ver quien estaba en esta casa que casi siempre está vacía. Vigila sus moradas y se balancea entre las habitaciones porque el resulta sospechoso que alguien esté ocupando espacio y tecleando sobre una pantalla.
No se si saludarle o no darme por enterado. Espero que no se enfade, simplemente le estoy haciendo compañía en unos días de escape físico y mental.
¡Calla!,le digo con voz baja, soy amigo, y me encanta que entres en mi habitación porque se que tú espantas a las mosquitos. Hazte amigo mío y yo te recordaré.
Pero él ni me mira, pasa veloz a esconderse tras otra ventana abierta y al poco vuelve otra vez a jugar conmigo en otra volada de viento.
Nos respetaremos.
Creo.