12.7.08

Sobre la independencia de los pueblos libres o sobre el federalismo

Sobre la independencia de los pueblos occidentales, de los países que forman parte junto a otros países de estados pluranacionales, hay que empezar a mirarla a la cara y de frente.
Decir la cosas sin miedos, con respeto pero sin temores a ninguna de las partes.
Y uno de los primeros mitos que deben caer es sobre la cantidad de ciudadanos libres, que en el uso de esa libertad, están dispuestos a decidir sobre la historia, a soportar sobre los hombros de su personal decisión, la independencia de su propio territorio, la independencia de su país sobre el estado en el que ahora vive en paz.
Creo que es bueno reflejar ante la sociedad, con paz y libertad, con tranquilidad y decisión personal, qué es lo que en estos años quieren los ciudadanos nacionalistas sobre la historia de su pueblo.
Sobre lo que desearán dentro de unas décadas, decidirán otros.

Porque una cosa es ser nacionalista, sentir que tu país existe, saber incluso que tu primer país no tiene todo el respeto que se merece, intuir que no es respetado como país libre, detectar que no dispone de todas las herramientas de autogobierno, pero otra bien distinta que la solución histórica a esos desafueros sea la independencia.

Muy posiblemente, el día que toda la sociedad sepa que no se aspira la independencia desde posiciones nacionalistas, se respete más dichas posturas, sabiendo que lo que desean es el bien para su propio país y sus ciudadanos desde la integración y no desde la aventura.
Muy posiblemente el día que toda la sociedad sepa que los partidos nacionalistas no tienen porqué aspirar a la independencia de su propio territorio, sino simplemente a conseguir el máximo respeto desde la colaboración, estos partidos tengan una fuerza de la que ahora no disponen.
Muy posiblemente el día que toda la sociedad sepa que ser nacionalista es plantar cara a la división, a la independencia desde posiciones incluso muy duras para que se consiga el federalismo y el respeto de las diferencias culturales e históricas, avanzando desde dentro en una sociedad más justa y libre que respete las personalidades, España será un Estado más importante y respetado. Se puede ser nacionalista y en cambio no desear la independencia, desde posiciones conservadores y desde posiciones de la izquierda social de cualquier matiz.

Todavía estoy esperando a que se me diga qué es lo que saldría ganando un país español segregado del estado actual, en contrapartida a exigir las cotas de autogobierno que sus ciudadanos deseen desde la integración.
Estar dentro también sirve para exigir, faltaría más.
El ejemplo iniciado en la II República todavía no está superado. Y no hablo de foma de estado, sino de capacidad de gestionar la libertad política dentro del respeto a los pueblos.

11.7.08

Yo también tengo pueblo

Yo también tengo pueblo, siempre he necesitado tener un pueblo en mi vida, y creo que es precisamente porque nací en ciudad y crecí en un barrio pequeño y cerrado que siempre me ha marcado en la maravilla que es sentir la calle en tu crecimiento.
Todos necesitamos el aire libre, la libertad de la calle, el contacto con algo más grande que un piso, como sucede ahora en los niños actuales. Disponer de una infancia vivida en la amplitud te ayuda a saber reclamar el aire como elemento muy necesarios.
Mi pueblo lo era en los veranos, cuando mis padres me llevaban a casa de la abuela a pasar unas semanas. Era el contacto con los animales, con el campo, con la noche, con la lluvia, con el río. Elementos que hoy son muy complejos de conseguir.
Los niños necesitan saber que hay estrellas, que los animales tienen un tacto especial, que cuando hay tormentas huele distinto, que la tierra es maravillosa, que cenar en el campo tirados en el suelo es un lujo gratuito.
Todos debemos trasmitir a los descendientes, que hay muchas otras formas de vivir, y que perder los pueblos es perder parte de la cultura y de la libertad.
Mi pueblo es de Soria, mi pueblo es Soto de San Esteban.
En mi pueblo aprendí tantas cosas, que de vez en cuando debo volver para recordarlas.