23.6.08

Somos 16 millones

Un país que consigue poner de acuerdo al 80% de su gente para que vean todos el mismo un programa de televisión, que logra que 16 millones de 46, están más pendientes de un golpe de pierna que de otra cosa, es un país para aplaudir, porque es el inicio de un camino sin explorar.
Nacemos sin tener ni idea de fútbol, no estamos programados para entender esto de correr detrás o delante de una pelota, e incluso después de muchos años de intentos, hay personas que nunca entienden lo que es un fuera de juego. Pero con esfuerzo se logra amar y sentir este ejercicio ajeno, que además agrupa en un ejercicio sedentario a medias, como es el de ver y gritar ante la televisión.
Lograr esto, con lo tonto que resulta ver cómo otros hacen algo sin que el resto hagamos nada que no sea observar, es de premio.
¿Se imaginan si lográramos que estas energías se dedicaran de tanto en tanto, en otros menesteres?
No solicito que se cambie la energía del fútbol como espectador por otro tipo de ejercicio. Digo que igual somos capaces de marcarnos otros objetivos que nunca hemos decidido y aportar a ellos la misma rasmia.
¿Se imaginan 16 millones de 46 recibiendo una lección de modales? ¿de inglés? ¿de cocina? ¿de trato con los desfavorecidos?
Hay que intentarlo.

22.6.08

Los congresos en los partidos políticos

Los congresos de los partido políticos nunca son neutros ni inútiles, o lo que es lo mismo, siempre son vitales, punto de inflexión, incluso estación de llegada o de salida.
De un congreso no se sale indiferente, siempre hay presuntos ganadores y vencidos, algunos de ellos además sin puente de plata o incluso ni de cartón piedra. Y hay vencedores o semi ganadores, que no detectan que ganar cuando hay perdedores no es ganar, es vencer. Que perder es un ejercicio que sirve para mejorar y no para destrozar.
El PSOE, UCD o el propio PP han tenido congresos importantísimos que todos recordamos por la ciudad en donde se celebraron. No importa el año ni las zancadillas, no las ideas que ganaron ni los trabajos que no pudieron ser reconocidos, solo importa la ciudad.
¿Quien no recuerda por ejemplo el congreso de Mallorca? ¿O el de Suresnes?
No, no voy a nombrar la ciudad de las castañas. No me da la gana, que hace mucho calor.
De los congresos se sale despacio, mirnado al futuro, pensando en el trabajo que se viene encima, sobre todo para restañar heridas, para limpiar de cadáveres el escenario. desconozco si los griegos (soy muy justo) hacían en sus buenos tiempos congresos políticos, pero con el ánimo que tenían para el teatro y la tragedia, es una lástima que no existiera la televisión en aquellos siglos.
¿Qué diran no nosotros cuando nos analicen en los libros de historia, dentro del apartado "Historia Antigua"? ¿Serán capaces de poder reproducir los vídeos, leer los recortes que queden de los periódicos, escuchar nuestros MP3?
¡Coño!, que me importa a mi, si no estaré para reirme.