17.6.08

Ana y Mia

Si eres de l@s que han accedido a esta entrada en busca de información sobre “Ana y Mia”, estás en el lugar adecuado. No te vayas todavía.
Ana y Mia son dos esclavas que ayudan a otras esclavas, son dos eslabones de una cadena perfectamente montada para quitar libertad, para aprovecharse de gente con problemas que sin querer en principio, caen en manos equivocadas.
Si tienen problemas, que nadie lo duda, primero respira y relájate, luego piensa que en el mundo millones de personas están peor que tú, y aunque esto no te sirva, si que al menos es un detalle para pensar que debes luchar por ti para poder luchar por ellas. Mira a tu alrededor, tienen a muchas gente que te adora aunque tu no lo notes y sobre todo tienes un futuro sin escribir que te espera.
Eres libre para elegir, para decidir por ti misma, te perteneces, pero no te tires a la basura, quiérete un poco más, no te preocupes tanto de los demás y más en ti mism@.
Durante todo tu vida, estarás acompañad@ de ti, de tu cuerpo que es una cosa tonta y absurda que cambia con los años pero sobre todo de tu forma de ser, de tu mente, de tu personalidad. Y eso es precisamente lo que te va a diferenciar del resto de vecinos de vida. Tu cuerpo no es importante, ya se que no piensas lo mismo, pero es cuestión de tiempo el que cambies, lo que debes cultivar es tu forma de ser, tu libertad para ser más fuerte y para poder entregar a los demás todo lo que atesoras que no es, y perdona que insista, tu cuerpo, sino tu forma de ser.
A mi no me importa nada qué caras tengas, me la sopla. Pero me gustaría que al leerme, fueras una persona con dos bemoles y con muchas ganas de escribir y conquistar vidas.
Tú decides.

La izquierda cainista, está muy cerca, lo noto porque escucho los aplausos de la derecha

La izquierda es rebelde. Y su rebeldía le lleva a estar en contra del poder establecido. Le lleva a odiar a los líderes de sus propias organizaciones porque representan el poder más cercano, al que puede tocar y al que pueden enfrentarse cara a cara.
IU está atravesando el desierto y las cantimploras de agua se las rajan entre ellos para que los compañeros tengan más sed en el camino.
No les diferencian las ideas, que son salvo matices de intensidad, muy parecidas entre los 3 grupos diferentes. Pero son enemigos porque representan a 3 familias distintas de personas, simplemente por eso, porque son caras por todos conocidas en lo personal y se odian,
Anteponen a sus ideas, a sus labores de transformación de la sociedad el debatir quien es el más malo de todos. Odian al que mande, sea quien sea, porque está el o no yo.
Estamos hablando de una organización de izquierdas con casi 60.000 afiliados, histórica si no tanto en su nombre si en su poso, en lo que representa. Pero todo parece igual para los afiliados que están en cabeza. Se odian. No se fían unos de los otros.
Tal vez la solución pasa por poner caras nuevas. ¿Cuánto tiempo pasaría hasta que estas generaran nuevos odios?
Están de acuerdo en el modelo económico, en la política general y exterior, en el modelo de Estado, en la postura ante la UE o la globalización.
Para todas las familias, el capitalismo es una barbarie, la III República una necesidad, las relaciones laborales una necedad asquerosa, el Estado federal y la autodeterminación el futuro.
Que 60.000 personas estén en este país de acuerdo en el modelo de Estado y además se odien a muerte es de premio. Acuerdan lo complicado, se matan en lo vanidoso.
Quieren un Estado laico, federal, republicano, público. Creen en la autodeterminación. Odian la globalización neoliberal, el capitalismo salvaje y creen en un nuevo socialismo que está por construir, pero que es muy necesario.
Todas estas bases ideológicas me suenan bien y no se muy bien hasta donde llevarlas o lo que es lo mismo, no se en qué se diferencian de otras bases amigas.
Pero todos se odian por los nombres, por las personas. Y odiarse es derribar los cimientos de cada elemento que se intenta construir.
Mientras, las derechas conservadoras, observan, aplauden y ríen mientras se fuman puros cubanos, y entre copa y copa piden a gritos la oreja del matador, el rabo del banderillero. Sus peones están trabajando en el tajo y las izquierdas dando el espectáculo. Unos saldrán heridos. Los otros riendo a carcajadas porque encima no han tenido ni que pensar para derrotarlos, lo han hecho ellos solos.