16.6.08

LECCIONES Y MAESTROS - La literatura como acusación

El escritor Mario Vargas Llosa apeló hoy a la "responsabilidad" del autor, ya que, frente a la idea de la literatura como "entretenimiento y diversión", las obras "trascienden lo literario" y "desbordan lo meramente estético".
El escritor peruano defendió que "la buena literatura, la obra maestra, deja siempre un sedimento en la personalidad, la memoria y la sensibilidad del lector" y que "luego, de una forma imprevisible actúa en la conciencia y actos del lector", informa Europa Press. Vargas Llosa definió a la literatura como "la gran acusación" y "la gran requisitoria" de que las sociedades "nunca fueron capaces de aplacar de manera definitiva los anhelos de los seres humanos", ya que para este escritor "la literatura ayuda a vivir, llena los vacíos e insuficiencias de la vida" con "invención y fantasía".
Por su parte, Víctor García de la Concha, definió a Vargas Llosa como un "Odiseo de nuestro tiempo" y un académico "mestizo, peruano y español, emblema de la política lingüística panhispánica". El director de la RAE elogió la "transgresión" que efectúa Vargas Llosa y que consideró consecuencia de sus primeras lecturas, sobre todo la poesía de Rubén Darío o Góngora, junto a obras como la novela de caballerías Tirant lo Blanc o Madame Bovary, entre otras con las que "descubrió la fuerza contestaria de la palabra".
Finalmente, el rector de la UIMP, Salvador Ordóñez, destacó las "constantes y variadas" relaciones del escritor peruano con la institución académica, así como su "personal manera de entroncarse con la tradición novelística" que, con el uso de "elementos míticos" y también de un realismo "que no pretende ser valedor de la realidad", ha conseguido que el autor se encuentre "al margen de muchos clichés del realismo mágico".

Por su posible interés, publico en una entrada el texto de arriba, que es un recorte del periódico El País, del día 16-06-08

Miedo. Crisis. Esperanza, Economía.

Estaba leyendo un libro sobre zombies cuando en un capitulo aparece una afirmación que inspira al pensamiento.
Dice así: Encended la televisión, ¿qué veis? ¿gente vendiendo productos?, ¡no! gente vendiendo el miedo que tendríais de vivir sin esos productos.
Al margen de sus connotaciones comerciales, podemos trazar una línea firme de relación directa entre el miedo y la crisis, más concretamente, la crisis económica.
Como diría Yoda, “El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro”, pues el miedo atrae al miedo, y nos encierra, nos asfixia, y nos impide ver, opinar y actuar con racionalidad, con propiedad.

De hecho, el miedo se tiene que instalar en cada uno de nosotros, tiene que afectar a la economía, y tiene que llevarnos a cada uno a que veamos el fondo. Si no viéramos la verdadera crisis, nos quedaríamos siempre con el miedo a que llegara el temido trance, tachando en el camino de mentiroso, a cualquiera que la niegue.
El miedo humano no solo es humano de forma individual, ya que afecta al global. Si consumimos menos, producimos menos, invertimos menos, progresamos menos. Nos podemos estancar, y de hecho lo hacemos con facilidad.
¿Pero entonces, porque hay ciclos, porque no caemos en la crisis y nos hundimos con todo nuestro sistema?
Pues porque una vez que hemos llegado a la crisis, que ya la hemos visto, que ya sabemos que es real, y no solo en nuestras cabezas bien o mal informadas, una vez que la crisis ha afectado de todas las formas posibles a las lindes sociales, estamos listos para la esperanza.

Hasta que no llegamos a la crisis, cualquier propuesta de esperanza se ve mermada por nuestro propio pensamiento. (¿400 euros de Zapatero? ¡eso no sirve de nada!, ¿No ves la crisis que se nos viene encima?, ese pensamiento hace justamente que el dinero de por si no valga nada, que los 400 euros de Zapatero, económicamente, sean aire).
En cambio, una vez que ya hemos llegado, estamos dispuestos a que todo pueda ir a mejor. Paradójicamente, es como una de esas balanzas en las que cada crío se pone en un extremo. Ninguno puede elevarse hasta que no se empuje contra el suelo. Es imposible hacer fuerza mientras se está bajando, hay que tocar el suelo de verdad.
El miedo, y la esperanza son humanas, son economía en su máximo esplendor.

Lo peor que podría pasar, es un miedo a una crisis que nunca llega. Teóricamente eso no puede pasar, pero sería lo peor.
Lo mejor por tanto, sería la esperanza a un superávit que nunca llega. Y esto no es (como se puede pensar), un autoengaño sobre una economía que presumimos va bien, pero está en caída libre y sin paracaidas, si no que sería el perpetuo apoyo por parte de nuestra forma de ser y actuar a la economía. Ahora bien, no existen estímulos externos al sistema económico mundial, y como todo está globalizado, no podemos tener estímulos que nos permitan tener siempre esperanza. De hecho, encontramos muchas más razones para el miedo (fin del petróleo, subdesarrollo, nula investigación, corrupción, etc.), que para la esperanza (nuevos recursos naturales, mejora increíble de la tecnología, bondad suprema del capitalismo ¿?, etc.). Es por eso que tenemos ciclos en casi cualquier aspecto social.
Es por eso por lo que ahora estamos en recesión, (o crisis, o en dificultades, o como lo quieran llamar). Saludos.