3.6.08

La mirada de la señora con gel

La joven señora de colores me miraba con punzones que taladraban pero no decía nada, simplemente medía con una reglita pequeña sobre la pantalla, y volvía a girar sobre la tripa su mano, y miraba y giraba y medía.

Cuando le pregunté me dijo que no hablara, que debía estar callado, pero yo gritaba sin sonido y ella me taladraba. 


Dejó de girar su mano y me tendió un amplio papel para limpiar de gel mi barriga.

¿Qué tal está mi corazón dilatado?

El palomar abandonado de Castilla

Estaba abandonado de primaveras desde hacía casi una década. Ya los jóvenes no entraban a robar pichones ni a joder a la dueña con sustos, ya no se escuchaba el revoloteo molesto de los cortejos, ya no.

Cuando todavía algunos viejos miraban el palomar abandonado, siempre veían a cientos de blancas tórtolas batiendo alerones. Estaba abandonado pero lleno de recuerdos.

Nadie veía el ahora, solo existía el ayer.