29.5.08

El lehendakari Ibarretxe no tiene paciencia histórica

El lehendakari Ibarretxe comete unos errores políticos bastante infantiles, y lo siento.
En política tan importante es el qué como el cuando, tan importante el con quien como el contra quien, el cómo como el porqué.
Su iniciativa, que leída por personas ajenas al momento histórico de nuestro país, parecería digna de todo apoyo y aplauso, es absurda en estos momentos, excepto que sea munición para provocar.
Toda iniciativa puede ser buena o mala, dependiendo muchas veces no tanto de su contenido como de se momento, de su oportunidad. Y en este año no toca hablar de lo que se solicita opinión, en la consulta.
Sin duda el fondo de la cuestión, saber si es pertinente que los ciudadanos vascos puedan expresar su opinión, es una cuestión loable, pero también digo que es una cuestión sólo para la galería, sólo para la historia, y por eso, hay que meditarla mucho y pesar su poder, su importancia, que es más que la de analizar si hay derecho unilateral a la autodeterminación, o no.
Los pueblos deben tener derecho a decidir su futuro. Pero es cierto que el futuro de los territorios y sus derechos, van unidos siempre al futuro y a la historia de los territorios vecinos con los que se está integrado. Por eso es tan compleja una cuestión tan simple como preguntar.
Si asumimos que la autodeterminación es una cuestión importante, muy importante diria yo, debemos asumir que todo tipo de paso que se de en esta dirección, debe ser muy estudiado y meditado, porque es más fácil errar que conseguir que te admitan tus decisiones. La inteligencia política en este campo debe ser prioritaria, el empleo del tempo, de los tiempos, una herramienta insustituible.
Puyol sabía mucho de este tema, era (es) un hombre histórico, que trascendía en sus decisiones al momento en que las tomaba. (Si, ya lo se, también cometió errores, pero con tanto años de poder es lo lógico).
El lehendakari Ibarretxe ha cometido el error de precipitarse, de querer ser él quien planteara el tema sin asumir que ETA, le había marcado el calendario, y que ahora y durante unos años, no tocaba hablar de esto.
Por cierto, no es lo mismo hablar que trabajar callados. Yo si que estoy a favor de la negociación porque es el único camino, pero eso es otro tema que hoy no toca.
Todos sabemos, en Epaña y en el País Vasco, lo que piensan en cada momento los ciudadanos de cada zona geográfica, incluso segmentados por cualquier tipo de corte. Luego lo importante no es saber lo que opinan, sino darle carácter legal, elevar a institucional lo que ya se sabe. Y para este tema, lo mejor era esperar, porque de esta forma el lehendakari ha quemado una posibilidad. Hay que tener paciencia, incluso ante la historia.

28.5.08

No dirás el nombre de España en vano

Hay palabras que preocupan, que asustan, y puestas de titular llenan toda la página. Con España pasa como con Dios, que ya los hermanos Maristas me avisaban que no había que emplear su nombre en vano.
Yo tarde bastantes años en saber lo que era en vano, a mi me sonaba a prohibición , e intentaba no hacer nada en vano. Más que nada porque luego me dijeron que me podía quedar ciego y eso jodía.
Hablar sin sustancia del Dios de los Maristas está mal, pero hacerlo de la España de todos, está peor, porque del primero no hay todavía una constancia clara, pero de la segunda si que la hay y además es plural, aunque ahora no esté de moda decirlo.
Yo, que suelo hablar empleando palabras económicas cuando lo hago sobre política, creando parábolas, esto del "precio" me suena fatal. Y para decirlo yo, tela, que soy de los que la emplea. y sabe lo que cuesta defenderla.
Si España es un precio, me gustaría saber qué es el producto que se compra, cual el objetivo a poseer, quien el que produce la necesidad de poseer.
España está por encima del PP como lo estuvo de UCD, de Franco y de Bonaparte. Está por encima de todos nosotros y de nuestras ganas de joder, de los que hablamos como bobos y de los que se creen que esto es un corralito y nosotros patos.
España es algo que por desgracia para su historia no ha sido capaz de ser abrazada por la izquierda centralista, como un símbolo, pero añado más (aquí es donde voy a recibir los palos), tampoco por la izquierda nacionalista que desea el federalismo, como el bálsamo que cura muchas heridas. Si se le resta a la derecha cavernícola el mayor de sus símbolos, se quedará huérfana de ideas y de discursos. El uso que se hizo de España por las derechas e izquierdas centralistas en otras décadas ha imposibilitado que en esto podamos compararnos a franceses o suecos, a americanos o alemanes.
Se puede ser nacionalista que exige para su país, Aragón, el reconocimiento de su historia y de sus leyes y normas, y no por eso odiar a España, sino al contrario, abrazarla como se abraza a Europa.
No entenderé nunca porqué somos capaces de defender el territorio máximo y odiar el intermedio. Yo entre ser suizo y español no lo dudo (fuera bromas), pero dentro de mi idea de que las fronteras sobran, doy un gran valor a lo que contienen estas, a la historia y a las formas de ser y estar en el territorio.
Incluso creo que el camino para conseguir un Aragón libre pasa por un reconocimiento de España como un Estado que me integrará en una Europa unida. Unir es sumar, no restar, no borrar.
Dentro de 300 años, todos calvos, pero España estará tan integrada en Europa, como ahora lo está Virginia de EEUU. Y mis retenietos deberán seguir sintiéndose aragoneses y comiendo migas y chilindrones, y admirando el mudéjar de Teruel. Y ójala ellos puedan seguir hablando aragonés como un idioma más, que les sirva para valorar su tierra, su historia, su sangre. Por eso creo que no hay que nombrar ni a España ni a Aragón en vano. Y en el camino, respetar a todos, para que podamos pedir respeto.