13.4.08

Consejos en la venta de pisos de segunda mano y el trato con las agencias

No sería añadir nada nuevo, si decimos que la venta de pisos de segunda mano está en unos momentos muy complicados. Tanto que algunos propietarios han tenido que vender incluso su vieja máquina de escribir y ya no tienen ni amigos con ordenador.
Terrible.
Eso si, tienen todavía teléfono y hojitas rayadas de archivar y celo de carretero.
Veamos, un consejos.
Lo que usted está vendiendo vale millones de las antiguas pelas. Puede que tenga que bajar el precio, puede que le cueste más meses que antes, pero tiene un valor, sin duda, un alto valor.

No se rinda, y ponga carteles bien realizados o si no, le resultará muy difícil de vender a un buen precio, excepto que encuentra listos que tienen liquidez y están ahora a la caza del piso chollo, del piso propiedad de la familia que necesita vender rápido.
Todo tiene un precio, incluso ese piso que no se vende porque pide 40, y que es posible que en realidad valga 25. Pero el que sabe lo que de verdad vale, le ofrecerá 20, y eso si le pilla en un buen día.
No entregue el piso a una agencia, porque le cobrará entre un 2 y un 3% que en realidad lo paga usted, porque si sube ese precio al piso, no conseguirá venderlo. Y un 3% de 30 millones es un millón.
¿Cuantos meses tarda en ahorrar un millón de pelas?
Piense que cuando entrega un piso a una agencia puede ahora exigir algo que antes era imposible.
Uno. Que no sea (obligación primera) en exclusividad
Dos. Que le cobren un 2% (y no un 3%) sobre el precio de venta. Nada de cantidades fijas.
Tres. Ponga en el contrato con la agencia un tiempo de finalización del mismo. Ellos tienen mucho pisos a la venta, y a veces venden según les interesa. Si su piso saben que lo van a parder en un mes, harán lo posible para intentar venderlo en ese tiempo. Dejarles un tiempo de 3/6 meses como mucho es lo correcto. Pasado ese tiempo recupere las llaves y busque otra agencia.

Prohibido prohibir o el arte de la idiotez

Las comunidades de vecinos se dividen en dos grupos, las que gustan de prohibir y reglamentar todo lo que se puede hacer o no en la comunidad, como si de un corralito se tratara; y las que por falta de ganas, no regulan nada de nada convirtiendo aquello en "la casa de tócame Roque".
En esta comunidad del Actur de Zaragoza (la de la imagen), decidieron poner por escrito sus prohibiciones, y aquí es donde empiezan los problemas.
No es bueno dejar por escrito nada.
Alguien diría en la reunión, que prohibir todos los vehículos era una barbaridad, y sugirió que debían saltarse la prohibición con los coches de bomberos.
¿Y las ambulancias?
¿Y la policía?
¿Y un coche de funeraria?
¡¡Ya empezamos!!, se empieza abriendo la mano, y se convierte aquello en una gran avenida.
¿A todas las policías? ¿y si un vecino es policía puede entrar con su coche de trabajo? ¿porqué el policía sí y un repartidos de pizzas no?
¿Una moto es vehículo?
¿Y una bicicleta?
¿Y un patín?
¿Y una silla de ruedas?
Esta claro que una silla de ruedas si lleva motor sí que es sin duda un vehículo, luego está prohibido que puedan entrar en el patio comunal nadie montado en una silla de ruedas, por muy amplio y abierto que sea dicha zona de recreo y entrada.
Aunque sea vecino, pues no pone nada de que los vecinos no deben hacer caso o incluso diría que preferentemente los vecinos.
¿Y si un bombero que NO es vecino entra con una silla de ruedas?