8.4.08

Explicación del impuesto del IRPF para matemáticos ilógicos

El aburrimiento te hace pensar, y a veces llegas a conclusiones lógicas que son del todo ilógicas, pero que apetece contar para ser reconocido como un absurdo (pensador, eso si).
El caso es que esta mañana estábamos dando un repaso a las clases de reducciones en la base imponible del IRPF, y primero voy a explicar un poco esto para el que no entienda.
El IRPF es un impuesto que pagamos por la renta que recibimos. La base imponible es la base a la que se le aplica ese tipo impositivo. En el caso de la renta es, como muy bien sabéis, los ingresos.

Sin embargo a la renta se le suceden un tipo de reducciones, esto es, se reduce la renta que tributa a los impuestos, de forma que estos sean menores de lo que deberían ser. ¿Por qué? Bueno, generalmente, la explicación de estas reducciones es que los individuos tenemos unos gastos obligatorios. De este modo, por ejemplo, si la ley establece como norma general que el individuo tiene 5.050 euros de gastos obligatorios anuales (gastos que necesita para subsistir como la propia alimentación), a los ingresos que obtenemos se le resta esa cantidad, que no cotizará en los impuestos.
Ahora bien, estas reducciones, como ya he explicado, vienen explicadas por su carácter de “gasto obligatorio”, o “no tan voluntario”. En ellas se incluyen:
- El mínimo del contribuyente.
- El mínimo por descendientes (gastos que incurres por tener hijos)
- El mínimo por ascendientes (lo mismo pero con tus padres)
- El mínimo por discapacidad.
- … ¿?

Y aquí viene la lógica del absurdo. Sigamos unas locuciones verbales paso a paso:
1- Las reducciones se realizan por el gasto obligatorio en el que incurre el individuo.
2- El pago del impuesto es un gasto obligatorio en el que incurre el individuo.
3- El pago del impuesto debe formar parte de las reducciones.
De este modo, la cuantía del impuesto debería ser menor. Matemáticamente seria esto:
X = renta – reducciones normales.
T = Impuesto.
t = tipo impositivo
(X-T)t=T
Xt-Tt=T
T+Tt=Xt
T(1+t)=Xt
T=Xt/1+t
Usease, matemáticamente, para que la renta (menos la reducción por el impuesto) de cómo solución el propio impuesto, habría que dividir la cuota tributaria entre (1+t).
Para un ejemplo practico.
Imaginemos una persona que cobra 60.000 euros, y paga al 43% de IRPF. Su impuesto seria de 60.000*0,43 = 25.800
Ahora bien, le introducimos la reducción por el impuesto, y el impuesto quedaría igual a:
25.800/1,43 = 18.042
De este modo: (60.000-18.042)*0,43 = 18.042
Lógicamente, todo esto ha sido una broma que deberíais borrar de su mente para un buen funcionamiento futuro.

Por cierto, recordamos que el concurso está en pleno apogeo. Tenéis la entrada a la derecha de este blog y aquí mismo: Entrad perranes y participad!
Saludos

Consejos para perder peso y adelgazar con sufrimiento

Si usted ha llegado hasta aquí, tal vez desea saber cómo se puede perder peso sin sufrimiento y en muy poco tiempo. Si es así, lo siento, hoy no toca.
Pero si lo que desea es que alguien le de algunos consejos para perder peso de manera lenta, constante y que no sufra el efecto rebote y recupere el peso anterior en pocas semanas, entonces es posible que le interese lo que a continuación expongo.
Decía el Doctor Grande Covián que el único sistema válido para perder peso era comer de todo. Pero comer la mitad. Sin duda hay dietas milagrosas que le hacen perder rápidamente peso incluso cenando todas las noches jamón serrano y sardinas en aceite. Y funcionan. Pero le pueden producir algunos problemas de salud y además tienden a producir el efecto no deseado de la ganancia del peso a las pocas semanas. Excepto que su cuerpo y mente le permitan cenan todas las noches de su vida sardinas de lata.
Comer la mitad es mucho esfuerzo, pero comer menos cantidad no lo es tanto.
Algunos médicos emplean para ellos mismos, en días de comidas de trabajo, el simple truco de tomarse una botellita de agua con gas antes de la comida. También funciona.
Como también funciona el simple sistema de no comer lo que usted ya sabe que no debe, en esas comidas llamadas normales, y permitirse a la semana algún lujo, en aquellas sesiones de mesa bien puesta.
Si insiste en el sistema, no va a recuperar en las cenas especiales lo que pierde en las comidas sosas.
No tome comidas muy preparadas, elija platos de verdura o ensaladas en vez de pasta, incluso antes puede tomar un buen plato de sopa de cocido o legumbres que una paella con pollo y gambas. Intente plantearse unos menús semanales puestos en la puerta del frigorífico y que en ellos además, tenga días de legumbre como plato único y alguna comida libre para no sentirse mal por su dieta.
Tome poco pan, no tome dulces, haga 5 comidas al día (no se salte ninguna porque de esta forma fuerza al cuerpo a trabajar 5 veces), no tome alcohol fuerte, prefiera las grasas del pescado a las de la carne, la plancha a la sartén y aprenda a utilizar el microondas y la plancha.
Por cierto ya se pueden hacer patatas fritas de las congeladas o empanadillas y croquetas en un horno, sin pasar por el aceite.
Haga ejercicio del tipo que le guste y desee, pero haga. Son mejor una hora de algo que le gusta y por ello lo mantendrá en su agenda que intentar 2 horas de un gimnasio que le va a sentirse mal. Andar deprisa, bicicleta estática, unas sesiones de natación o incluso simples ejercicios de estiramiento y de respiración en el ascensor mientras sibe, le sirven para estar algo mejor. Y no se olvide que si vive en un quinto piso, puede subir a patita hasta el tercero y luego utilizar el ascensor. Todos tienen paradas intermedias y son muy útiles para no quedar oxidado.
Y piense que por cada kilo que pierda, es un kilo menos de peso que lleva su corazón y sus rodillas.