30.3.08

Ciudadanos pro activos

Ayer aprendí una palabra nueva, un concepto nuevo de trabajo, una nueva posibilidad.
Ciudadanos pro activos
El voluntariado debe dejar paso a esta nueva concepción del trabajo por los demás, por la sociedad, porque incorpora en su nombre algo muy simple.
También hay que trabajar porque los demás trabajen. Hay que ser parte activo de la sociedad incluso y además para conseguir que cada vez seamos más los que desde cada lugar libre que uno elija, haga algo más que contemplar las dificultades.
Hoy el voluntariado no está reconocido a nivel legal con las ventajas que se determinen, en un estatuto más amplio y ventajoso. Si la propia sociedad es capaz de crean diferencias de todo tipo, y ncesita del voluntariado para arreglar los rotos porque no es capaz de tener mecanismos públicos, esa actividad debe tener un reconocimiento suficiente que debe sufragar el resto de la sociedad que simplemente contempla.
Desde un identificativo personal y controlado que permite la entrada en Museos Públicos o descuentos en empresas que se adhieran a ello, como podrían ser las grandes corporaciones de transporte o todo tipo de empresas de titularidad pública y gestión privada o pública, a incluso una cartilla de horas de trabajo social, a modo de Banco de Tiempo que permitiera desgravar del IRPF cantidades según las horas que se dedican al trabajo social.
Efectivamente, la picaresca en este santo país es tremenda, pero para eso deben estar los mecanismos de control, faltaría más que tamaña duda nos hiciera volvernos atrás. Lo que está para mi muy claro, es que quien trabaja por los demás debe tener unos beneficios importantes, que debe sufragar el resto de la sociedad.
Acabada la prestación sustitutoria del servicio militar se creó un espacio hoy cubierto de diversas formas, pero no se pudieron continuar actividades nuevas mientras nos crece las necesidades de apoyo a colectivos necesitados. Si somos una sociedad que aspira a la modernidad, se tiene que acabar el todo gratis, la limosna de figuración y debemos entrar en un nuevo espacio de trabajo social con beneficios culturales cuando menos para quien se lo trabaja.

29.3.08

Visita a las obras de la Expo 2008

Sin duda lo que ustedes esperan son imágenes. Bien, vendrán en breve y seguro que gustarán.
Hace unos momentos he venido de visitar las obras de la Expo 2008.
No es la Expo Zaragoza 2008, es una Expo, en donde lo más importante, lo que para todos nosotros, los zaragozanos, nos va a sorprender más, es la Zaragoza que quedará, la del 2009.
Aragón tendrá su propio pabellón, pero solo su pabellón. La Expo es internacional y se ve desde todos los puntos de vista que pongamos en ella.
No habrá actuaciones puramente aragonesas (en el más amplio sentido de la palabra) excepto en su propio pabellón y con limitaciones, a expensas eso si de alguna posible sorpresa final; ni habrá en los bares como ya todos sabemos agua embotellada de Aragón, sino solo catalana, ni los guías que ahora nos la enseñan son de Aragón sino de Andalucía. Es pues una Expo de alguna forma, a espaldas de Zaragoza, pero no dando la espalda.
El recinto es más pequeño de lo que uno se puede imaginar si ha conocido otras Expos. Recogido pero muy denso, mucho más agrupado por ejemplo que el de Sevilla, y aunque ocupe mucho menos espacio tiene más volumen edificado por hectárea.
Sorprende la colección de pabellones fijos, ese ramillete de edificios que van a quedar en nuestra ciudad para el futuro. Alguno de ellos, sin duda, con complejos usos futuros, y que a más de uno de nosotros nos va a dejar con la mente en blanco cuando entremos y contemplemos su belleza y su vacío interior.
Como ya he apuntado, lo realmente sorprendente es el nuevo barrio que ya está creado en una zona de Zaragoza que va a sorprender en el futuro, porque insisto, lo importante no es la Expo en si misma, sino lo que tiene que venir detrás de ella. Será labor tremenda, dar vida a partir de septiembre a todo lo que ahora está construyéndose en Ranillas. Estaremos atentos.
Uno de los 80 visitantes preguntaba que en qué año se iba a inaugurar la Expo, porque la sensación es de imposibilidad total para que dentro de 80 días esté todo terminado. El amable guía nos decía que cada semana todo cambia en el recinto, que cada 7 días es tanto lo que se avanza, que todo es diferente. Sin duda será cierto, pero aun sabiendo que se llegará, la sensación es de tremenda distancia, de inmenso trabajo por hacer.
Un aplauso a todos los que están haciendo posible que se llegue a la fecha, porque se lo merecen de veras. Es trabajo de muchos cientos de personas que no vemos.