28.3.08

La última vez

Se han escrito muchos libros sobre la primera vez, sobre las primeras impresiones, pero en cambio muy pocos sobre la última vez.
La última vez que estuve con un amigo, este me enseñaba ilusionado su nuevo coche. La última vez que vi a Agustina me bajaba una bolsa de cardos del piso de arriba. La última vez que observé el piso vacío en donde nació mi hijo, lo hice lentamente, recorriendo las paredes ya llenas de recuerdos que se dejaban allí escritos.
No sabemos casi nunca que esa, es la última vez de las cosas, de las personas.
Recuerdo cuando me despedía de Carlos en el andén de la estación de Oviedo como si fuera ahora, y ya nunca más lo volví a ver. El tampoco lo sabía, claro, pero mucho mejor así.
La vida está llena de “mach point”, de pequeños golpes ganadores o perdedores que te marcan la vida, de golpes de casualidad, de encuentros o desencuentros casuales.
Y entre todos ellos, nunca sabes cuando es la última vez.

26.3.08

Don Rafael Azcona y los guionistas

Don Rafael Azona es la imagen triste e incongruente de un oficio mal entendido, poco valorado, muy sacrificado.
Los guionistas de cine o de televisión pocas veces llegan a alcanzar la gloria que si está al alcance de los directores o de los actores. Pero todos ellos sin un buen guion no serían nada, nadie, no tendrían personajes, situaciones, escenarios, vida que contar y trasmitir.
Como escuché ayer en boca de Don Rafael, los guionistas son las putas de la industria de la ficción, a quienes se alquila para dar gusto, los que deben sacar de sus entrañas toda la miga de la obra, darle cuerpo y forma, para después cobrar unos duros y aparecer en las letras pequeñas en un instante fugaz.
Don Rafael pasó muchos años de su vida siendo un total desconocido, excepto por su nombre y entre sus amigos, así lo quiso porque así era él y así eran sus obras. El reconocimiento le vino de mayor, cuando ya era un clamor la suma de su trabajo y sus pocos aplausos.
Yo tengo amigos guionistas, se lo duro que es ese trabajo, lo competitivo y cainísta, porque en estos momentos ser guionista es todavía mucho peor que en tiempos de Don Rafael. Ahora debes estar todas las horas del día pendiente de tus personajes, pendiente de una llamada que te diga que hay que matar a fulanito porque ha bajada la audiencia, aunque ya tengas 20 capítulos hechos con historias vivas de ese que no debe seguir vivo.
Don Rafael, gracias. Seguiremos disfrutando de su sarcasmo.