3.3.08

El IPod Touch

Ya me imagino que conocen el IPod touch de Apple, y posiblemente también hayan oído hablar del IPhone que es lo mismo pero con teléfono móvil.
De momento yo creo que hay que esperar unos meses para comprarlos, por el precio todavía algo elevado y por su desarrollo de programas todavía escaso.
Pero se va a abrir la posibilidad de desarrollar programas para ambas máquinas, casi exclusivamente además con pequeñas aplicaciones gratuitas, lo que convertirá a estos aparatos en una excelente elección.
Desde que las agendas tipo PALM o POCKET PC dejaron de desarrollarse a la rapidez de recambio que se necesita en este siglo, invadiendo el mercado y nuestros bolsillos los teléfonos móviles, se perdieron aplicaciones imprescindibles para muchos que tenemos baja memoria y bastantes cosas que hacer a la semana.
La agenda electrónica sincronizada con el ordenador resulta una herramienta muy interesante, y si ahora le añadimos capacidad de recibir y mandar emails o de incluso navegar por internet para hacer pequeñas consultas, además de permitirte ver vídeos, imágenes de todo tipo, escuchar música, tomar notas de voz, leer PDFs o ducumentos de Word o crearlos y llevar decenas de juegos para los ratos de ocio o espera, resulta un juguete para adultos de lo más útil en el bolsillo de la camisa.
No no los vendo, solo me enamoro de ellos.

Los médicos como valor

Durante siglos, los países más ricos tenían más soldados, y eso les convertía todavía en más ricos porque se dedicaban a conquistar otros mundos. El valor de un país se medía pues en números militares.
Ya en el anterior siglo empezaron a cambiar los datos, y siendo cierto que en su primera mitad siguió mandando el número de soldados como elemento diferenciador, las armas nuevas, es decir las máquinas, empezaron a adueñarse del valor efectivo en la guerra.
A finales de siglo, era la energía el desencadenante del poder en la totalidad de la palabra, del poder y de las guerras otra vez porque sin ellas parecemos no ser capaces de tener poder, algo que nos encanta.
Pero curiosamente en este principio de siglo está entrando de lleno en el mercado económico, un nuevo valor de diferenciación, el valor formativo, el valor cultural.
Nos robamos los médicos y las enfermeras, los ingenieros e investigadores, los que nos van a dar calidad de vida en vez de poder bruto.
Incluso los ejércitos militares con mejores sistemas de formación y de inteligencia vencerán aunque sena menores en número.
Como siempre los países pobres salen perdiendo en el trapicheo, pero es una buena ocasión para que empecemos a replanteamos el invertir en formación académica como salida futura, si deseamos seguir siendo parte del Primer Mundo.
Sin duda, propongo invertir en formación por la Paz, pero lo seguro por desgracia, es que se invertirá en formación de todo tipo.