24.1.08

¿Papel, piedra o tijera? El Imparcial

Un nuevo medio de comunicación, un viejo medio de comunicación, ha salido a la luz, o no.
Todavía no sabemos muy bien qué recorrido van a tener en el medio plazo los medios puramente digitales, pero el camino ya lleva mucho tiempo abierto, y era lógico el siguiente paso, tomado por El Imparcial.
Luis María Ansón ha creado con la misma cabecera del periódico en papel que cerró, una edición digital, que deja libre como PDF y con una extensión de 32 páginas. No estamos hablando pues de un simple blog, de una recopilación de resúmenes, de un trabajo de cortar y pegar.Es una labor propia para un medio propio, pero digital en su totalidad.
Aquí la publicidad tiene que funcionar muy finamente, aunque los costos también son muy ajustados.
A partir de este experimento, pueden cambiar mucho las posiciones de los medios de comunicación, estamos ante lo que puede ser la modificación por ejemplo de los medios digitales de pago, ahogados por unos gratuitos que además compiten en lo digital con calidad y contenidos y sin tener que pagar.
Pero además por la futura decisión que alguien tomará primero, la de entregar el periódico "de marca" gratuitamente.
Un medio de pago, tiene en estos momentos lo fundamental, los clientes y la marca. Le sobra el precio para hacerse el dueño del mercado.
Su competencia se resuelve con este pequeño detalle.
Pero en este detalle es donde se juegan no solo un precio que podrían despreciar, sino la subsistencia de toda una red de distribuidores a través de quioscos, y que son muy necesarios para la venta de lo que ahora SI es rentable, la venta de productos ajenos al medio, desde discos a libros, pasando por todo tipo de bobadas.
¿Quien se atreverá a dar el siguiente paso?

23.1.08

Los colores y la política

Si bien es verdad que la escusa indicada en la noticia no me cuela, si que es cierto que el color de la campaña electoral, del partido, es fundamental a la hora de su identificación y como apoyo al mensaje que transmite.
No hay tantos colores, por no decir que hay muy pocos.
Descartamos el blanco y el negro porque el primero necesita otro color que lo envuelva y el segundo resulta duro y pobre.
También el marrón que no es agradable y transmite curiosamente, a lo que con él se diseña sensación de pobreza .
El amarillo no se ve. El rosa además de verse poco, resulta complejo de ligar con otros tonos.
Quedan el verde, el azul, el naranja, el rojo y los violetas.
El verde ya está cogido.
El naranja que nunca se había empleado con fuerza resultó un gran acierto en las elecciones de Ucrania y marcó un nuevo color identificativo que el PP cogió para si, y que ahora ha abandonado.
Los violetas denotan frialdad, seriedad extrema, difíciles para servir como comunicativos. Tal vez el magenta queda sin utilizar, y el ocre color bronce u oro viejo porque si es más claro no se ve tampoco.
Quedan pues al final los de siempre.
El rojo y el azul. Colores además que identifican por si solos a una idea concreta.
Pero a partir de estas bases es mucho lo que se puede trabajar. Mejorar y estropear.
El azul que ha decidido emplear el PP es un acierto, es fresco, limpio, fuerte para verse con claridad los textos en blanco (otro acierto) pero no tanto como para asustar.
Al principio he dicho que descartaba el blanco, pues ojo, no siempre. Y el negro. Pues vuelvo a decir lo mismo. No siempre.
Cada día se valora más el espacio vacío, el que el mensaje respire sobre su envoltorio, el blanco pues, pero es cierto que el blanco sale al mismo precio que otro color y en él no se puede transmitir nada si no es utilizando otro tono.
En momentos de tiempos tasados, de costos invertidos en publicidad que tienen que dar un resultado a muy corto plazo, atreverse es muy atrevido.
Pero cuando se tiene todo perdido, atreverse es la única opción para demostrar que eres atrevido.