23.1.08

Los colores y la política

Si bien es verdad que la escusa indicada en la noticia no me cuela, si que es cierto que el color de la campaña electoral, del partido, es fundamental a la hora de su identificación y como apoyo al mensaje que transmite.
No hay tantos colores, por no decir que hay muy pocos.
Descartamos el blanco y el negro porque el primero necesita otro color que lo envuelva y el segundo resulta duro y pobre.
También el marrón que no es agradable y transmite curiosamente, a lo que con él se diseña sensación de pobreza .
El amarillo no se ve. El rosa además de verse poco, resulta complejo de ligar con otros tonos.
Quedan el verde, el azul, el naranja, el rojo y los violetas.
El verde ya está cogido.
El naranja que nunca se había empleado con fuerza resultó un gran acierto en las elecciones de Ucrania y marcó un nuevo color identificativo que el PP cogió para si, y que ahora ha abandonado.
Los violetas denotan frialdad, seriedad extrema, difíciles para servir como comunicativos. Tal vez el magenta queda sin utilizar, y el ocre color bronce u oro viejo porque si es más claro no se ve tampoco.
Quedan pues al final los de siempre.
El rojo y el azul. Colores además que identifican por si solos a una idea concreta.
Pero a partir de estas bases es mucho lo que se puede trabajar. Mejorar y estropear.
El azul que ha decidido emplear el PP es un acierto, es fresco, limpio, fuerte para verse con claridad los textos en blanco (otro acierto) pero no tanto como para asustar.
Al principio he dicho que descartaba el blanco, pues ojo, no siempre. Y el negro. Pues vuelvo a decir lo mismo. No siempre.
Cada día se valora más el espacio vacío, el que el mensaje respire sobre su envoltorio, el blanco pues, pero es cierto que el blanco sale al mismo precio que otro color y en él no se puede transmitir nada si no es utilizando otro tono.
En momentos de tiempos tasados, de costos invertidos en publicidad que tienen que dar un resultado a muy corto plazo, atreverse es muy atrevido.
Pero cuando se tiene todo perdido, atreverse es la única opción para demostrar que eres atrevido.

¿Qué la pasa a la economía?

En estos días todos hablamos de economía hasta aburrir, incluso los que no hemos terminado Económicas. Ustedes ya saben lo que es el miedo, terrible, pues esa es la palabra clave. Nos atenaza el miedo.
Es cierto que algunos grandes países están en déficit admitido o no, y que la energía sube hasta descontrolarse, y que los riesgos asumidos en algunas operaciones muy importantes son muy altos sobre todo si viene recesión. Pero no estamos en un momento especial de crisis. Todavía.
Si miramos hacia nuestro país, desaparecida la inversión inmobiliaria como recogedor de los dineros y con una fiebre vendedora en Bolsa muy importante, la pregunta sería ¿Y donde piensan poner los dineros los que lo tienen si además no creen en la empresa ni en la investigación?
La varita mágica pasa por dar marcha atrás. Bajar tipos de interés y soportar una inflacción que se controlará algo por otros lados, porque unos tipos altos supone que el dinero se vaya a reductos fijos en vez de variables y a que se pare el consumo, e insuflar en el mercado dinero a espuertas, para que además permita a las países endeudarse algo más sin que se note mucho en la contabilidad. Esto si lo hacen todos no es grave, si lo hacen algunos supone la bajada del cambio de su moneda.
¿Porqué juegan a bolsa los que se creen que aquello es un lugar en donde te garantizan a corto plazo ganar?, la bolsa es para el dinero que sobra, o para el largo plazo.
Si EEUU no estuviera en periodo electoral, y con un Presidente como el que ahora hay, los temores a una desestabilización en América Latina subirían, pero esas trampas ya no se pueden dar.
Que no se nos olvide, que las guerras las pagamos todos a escote.