7.1.08

Aumentar las visitas y los lectores del Blog

Querid@s lectores, hemos llegado a un punto en el que yo y mi doble personalidad debe preguntarse cosas y responderse, que es lo complicado.
Llevamos los dos (Yo y Yo) 18 meses de blog, tiempo más que suficiente para hacer balance. Y una vez hecho este no me gusto.
He leído informaciones, he consultado con algún amiguete de los de miles de visitas diarias, y las soluciones que me ofrece no son buenas.
No me importan los números, mi primer Yo es de los que prefieren un lugar recogido, tipo mesa de psicoanalista, pero el segundo Yo quiere resultados, exige números.
Creo que los deberes los he hecho regular, pero cambiar ciertos hábitos supone volver atrás y la verdad, recular no me gusta mucho.
La primera duda tremenda es si decido abrirme más a temas sociales generales, capaces de tener un público más global o seguir con temas más locales y fieles. Complejo decidir.
La segunda es si entre col y col, meto lechuga.
Me han asegurado que si hablo de sexo y de tetas cada media docena de entradas, tengo el éxito asegurado.¿Y para qué quiero yo un éxito que se base en parte de hablar de culos y penes si además no entiendo?
El entendido me dijo que no sea tan puro, que incluso los grandes periódicos nacionales publican páginas de anuncios de prostitución para compensar gastos y lectores.
También me dijo que hay que especializarse en algo interesante y nuevo, cierto esto, ¿pero queda algo libre?, no.
Tengo un promedio atascado de un poco más de 100 visitas diarias, es decir estoy en tierra de nadie. pero con un tipo de lector muy poco participativo, no hace comentarios, raramente se fideliza con la página, excepto en un número ya conocido que conozco y se de donde viene y a los que agradezco enormemente su entrada y comentarios.
Pues en eso estamos yo y yo, ya veremos.

6.1.08

Las salas de cine

Sin casi darnos cuentas están cerrando las salas de cine de toda España. No, no soy un agorero que amplía algo que lentamente está sucediendo, simplemente es que tengo donde fijarme.
En los años 70/80 en cada barrio de una gran ciudad había al menos una sala de cine, cuando no dos o tres. Claro, los tiempos han cambiado pero no se han sabido adaptar a los cambios. Una sala de cine era algo más que un sitio para ver cine, un local para ver una peli. Era un pequeño centro cultural del barrio, un salón que muchas veces se utilizaba para otros menesteres, un lugar donde ir las tardes ociosas y vacías, el sitio a donde iban los novios o los amigos a pasar parte de la tarde.
Ahora todo esto se ha visto modificado.
La cultura es un tostón que no interesa, los novios tienen coche, los amigos quedan a las 11 de la noche, los vecinos no se reúnen nunca, y las pelis se ven en casa de maravilla. Llenas de anuncios, pero no importa porque la magia del cine ya no existe.
¿Es posible modificar estos hábitos?, pues no lo se, pero el camino no es el bueno.
Si las salas son cada vez más pequeñas, y las teles más grandes, lo tenemos mal.
Si en la sala de cine se oyen más ruidos que en casa, es complicado seguir un argumento.
Si el precio es más caro que otras alternativas de ocio, están perdidos los cines.
Si solo ponemos películas americanas y todos los cines cuestan el mismo precio, solo algunas salas y sesiones se salvarán y por poco tiempo.
Si los cines solo están en los Centros Comerciales, los convertimos en parte del consumo en general, y es una equivocación porque resulta más barato perderse por los pasillos del Hiper o visitando tiendas que pagando 6 euros por una película que nos pondrán en la tele o nos bajaremos de Internet en un par de meses.
¿Soluciones? Volver los cines a su sitio de origen, los barrios. Poner un precio distinto y diferenciar salas según tipo de cine, entregando en la entrada un pequeño folleto sobre la misma. Regalar al inicio de la película con la visión de un cortometraje o dos, para que el espectador vea que hay “otro cine posible”. Cuidar la sala en cuanto a comodidad, sonido, posibilidad de verlas en versión original o dobladas con cascos. Prohibir la comida de palomitas dentro de la sala pero tener una cafetería junto a ella para tal fin, para los que no quieran ver los cortometrajes o diferenciar horas de palomitas y horas de no palomitas. No repetir la misma película en los mismos horarios. Crear bonos de películas para una cadena de cine con precios sensiblemente diferentes. Y bajar los precios en general para que suban los clientes. Seguro que las cuentas saldrán mejor.
Eso o hacer cine para televisión y vídeo y seguir vendiendo las grandes salas para tiendas de moda.