3.12.07

La siesta de mi Ayuda de Cámara

Esta silla no es una silla cualquiera, es la silla que está delante de mi sofá reclinable sobre el que me siento a ver la televisión. Es la silla sobre la que deposito las piernas a descansar en alto mientras intento no dormirme. Es la silla a la que acude Chusky a ponerse encima de mis piernas hasta que encuentra sitio propio y se duerme.
Un Ayuda de Cámara es un ayudante fiel, un tipo con carácter que te mira a veces con mal genio, que otras juega a morderte y que sabe que los dos sois uno, que sois importantes los dos para cada uno, pero que sabe buscarte cuando te necesita o que le encanta saber qué tal vas de genio en cada día, pera pedirte más o menos.
Esa silla no es una silla. Es SU silla.

Sin faltas de ortografía por favor


Tiene que ser la globalización y la llegada de nuevos pequeños autónomos que alquilan locales, los creadores de esta nueva forma de escribir con faltas. Es imposible pensar otra cosa. Pero deberían intentar hacerlo mejor.

Pero no todos son iguales. Hay una tienda de comida rumana en el Casco Viejo, en donde además de venderte más de media docena de embutidos distintos de su país y dos docenas de vinos algo caros pero muy aceptables y latas de comida que no están tan a la altura como el resto, te explican perfectamente en un castellano casi perfecto cómo se comen ellos cada elemento de los que venden, para disfrutar no solo del sabor sino también del corte y de la forma de degustarlo.

Ejemplos a seguir, sin duda, y que irán permitiendo que ellos se ganen la vida y nosotros conozcamos sabores nuevos.