
Así que en la Av. Cataluña han decidido en al menos 4 huecos poner cemente una vez muerto el santo, para dar por concluido al asunto. Eso es tener decisión aunque sea errónea. Ya nunca más darán el coñazo los árboles, y se puede comprobar como en la mayoría de los casos (no digo todo porque hay que ser justos) la medida tomada es desproporcionada pero eso si, barata de narices.
