26.2.07

El mundo de los blog

No tenemos nadie claro en qué quedará el mundo de los blog en unos años. Puede ser el futuro de una forma de comunicación o puede ser una moda pasajera. Depende de los contenidos pero sobre todo de los lectores.
Lo cierto es que cada día surgen más y algunos con una calidad que hay que cuidar. Hoy he descubierto el que vinculo en la anterior línea, pero podría haber sido cualquier otro. El castellano se está abriendo camino importante en el mundo virtual, y sin duda esta manera de comunicación, cercana y personal tiene una parte importante que decir en todo el resto de información, muchas veces manipulada.
No quiero decir que no sean capaces los blog de manipular, pero lo cierto es que son lugares de opinión y que en la mayoría de las ventanas se la juegan los posesos a perder su tiempo y a entregar ideas para que vuelen por los cables sin saber nunca a donde llegan. Cierto que de miles quedarán menos, y cierto que no serán solo aquellos que posean una buena firma detrás. A veces te encuentras pequeñas delicias de gente sencilla que sólo busca contar cosas y entregar ideas. Los foros parece que pierden an algunos casos participación de calidad al subir en cantidad mientras que los blog les sucede lo contrario.
Ya veremos.

25.2.07

Fin de semana preparatorio para ir (o no) al psicólogo

Este fin de semana me ha tocado organizar el jardín para la primavera. Mi jardín se compone de 30 macetas y dos bancos pero es algo maravilloso arreglarlo y limpiar las hojas secas, repintar los bancos y replantar las macetas que ya se han hecho viejas, poner tomates, rabanetas y perejil en algunas. 

Muy bonito todo. 

Yo a mis hijos les invito a tamaño trabajo para que disfruten conmigo, pero ellos —que me quieren mucho— me dicen que no, que como es un trabajo tan gozoso me lo dejan a mi sólo. 

Yo recuerdo que cuando mi padre pintaba el piso le solicitaba que me dejara pintar algo y siempre me decía que no, que me mancharía. Y no sabéis vosotros lo que me jodía. 

Ahora yo a mis hijos les dejo muy a gusto que me pinten el piso entero si lo quieren hacer, pero estamos en las mismas, me dicen que no porque no me quieren amargar el día y que como todavía tengo en el subconsciente aquel trauma de niño de cuando mi padre no me dejaba, lo mejor es que pinte yo solito el piso para disfrutar tremendamente. 

Algo estoy haciendo mal como padre, debo ser un egoísta asqueroso porque no me entienden lo que les quiero regalar, la felicidad que le entrego con simpatía y cariño. 

Casi seguro que tendré que ir al psicólogo.