14.2.07

San Valentín

Si, hoy es el patrón del Corte Inglés, cómo pasa el tiempo, aun no nos hemos repuesto ni de navidades ni de las rebajas, que ya llegan los santos de obligado cumplimiento.
Un poquito de cariño es barato, una mirada, un beso, un arrumaco o una caricia. Una cena con velas o con un vino recordado, un postre que llame a la puerta, una copa de lo que le guste, una flor viva, un poema, una canción que le recuerde su niñez.

Yo hoy voy a cenar bisaltos, y esto es normal, porque a veces la sabiduría y la glandilocuencia está escondida en las cosas más banales. Unos bisaltos justamente cocidos y con una aceite de arbequina son maravillosos.
Me han hablado que deja sensaciones una galleta restangular con canela (que ahora no recuerdo el nombre comercial) con una fina capa de queso cabrales y unos hilos de miel a ser posible de árbol y no de flores.
Pero también me comentan que si sobre un trozo de pan de molde pones un cuarto de rodaja de piña, lo cubres con un jamón decente y le pones para tapar una locha de queso para fundir, basta con poner en el microondas unos segundos/minuto (depende de cuantos detalles necesites) hasta que el queso fundido esconda todo en su interior y te salga un premio en forma de bocadillito.

¿Y unas borrajas con almejas?
¿Y una dorada a la sal?
¿Y unos pan an oli como lo sirven en Mallorca?


Me despierta el olor a rosas.

Me despierta el olor a rosas, y eso que subo al ascensor casi media hora después de sonar mi despertador.
Pero tengo una hermosa vecina, suave y justamente guapa para atraerme sin dar miedo, que una semana al mes deja un olor a rosas justo unos minutos antes de montar yo en el sube y baja, que me embriaga a la vez que me despierta de verdad.
La conozco, y ella no sabe que estoy hablando aquí de su olor mañanero y de mi peculiar manera de contar las semanas. Ella no sabrá nunca que yo se porque sólo una semana al mes huele a rosas el ascensor.
Me estoy planteando apuntarme en un calendario los días de olor a rosas para esperarlos con ansiedad, pero me imagino que ya lo hace ella.
No cambies de perfume porfa.
Y no te quedes embarazada que me quitarías la sensación de que te he vuelto a adivinar.
NOTA: Si me lee el marido, posibilidad bastante remota, que piense que las rosas tienen la culpa.