14.2.07

Me despierta el olor a rosas.

Me despierta el olor a rosas, y eso que subo al ascensor casi media hora después de sonar mi despertador.
Pero tengo una hermosa vecina, suave y justamente guapa para atraerme sin dar miedo, que una semana al mes deja un olor a rosas justo unos minutos antes de montar yo en el sube y baja, que me embriaga a la vez que me despierta de verdad.
La conozco, y ella no sabe que estoy hablando aquí de su olor mañanero y de mi peculiar manera de contar las semanas. Ella no sabrá nunca que yo se porque sólo una semana al mes huele a rosas el ascensor.
Me estoy planteando apuntarme en un calendario los días de olor a rosas para esperarlos con ansiedad, pero me imagino que ya lo hace ella.
No cambies de perfume porfa.
Y no te quedes embarazada que me quitarías la sensación de que te he vuelto a adivinar.
NOTA: Si me lee el marido, posibilidad bastante remota, que piense que las rosas tienen la culpa.

12.2.07

El circo

En mi barrio se ha montado el "circo", el mayor espectáculo de mi barrio, con sus leones, elefantes y payasos. Todo es maravilloso, sus luces, sus carpas blancas y sus carteles anunciando. Pero los payasos que no se como se llaman, nunca podrán ser como los hermanos Tonetti. Eran tan buenos que incluso uno se suicidó de pena y eso que no le tocó vivir en estos tiempos.
Es tan grande el CIRCO que tienen hasta escuela propia, y lo curioso es que no es privada como sería lo lógico ya que es para los niños del circo, o concertada porque es previsible que reciba ayudas estatales para la educación. No. Han querido poner en su caravana el apellido de PÚBLICO lo cual le adjetiva como abierto. Puede ser casualidad, pero tamaña empresa como la que mueve un circo no es para que las casualidades tengan sentido. ¿Para cuando la ayuda a mantener un espectáculo milenario fijo y vivo, aunque nos cueste dinero?. Seguro que sale más barato que un fichaje galáctico y es mantener el sabor de la historia viviendo entre nosotros, miles de años después de su invento. ¡¡Sniff!!