18.3.25

La Europa que no sabe leer la historia


Mientras vivimos el fenómeno Trump con dolor y sobre todo temor, hoy Israel ha vuelto a bombardear Gaza tras unas semanas de Alto al Fuego, y con más de 300 muertos en una noche. Aplaudido por los EEUU. ¿Hacia dónde vamos? No queda claro, aunque intuyamos que hacia unos espacios peores, menos seguros, más violentos.

Europa no puede hacer mucho y lo saben desde los EEUU y Rusia. Nos han pillado con la lentitud asentada entre nosotros como sociedad, unida a una indefinición sobre qué hacer. No existe la Europa Unida que sería necesaria ante estos tiempos nuevos, no hemos sabido leer la historia, no hemos previsto nuestras debilidades.

No hace muchos días escribía sobre el sentido que tiene ahora la OTAN, e incluso reflexionaba si tenía sentido seguir dentro de ella. Creo que incluso los propios EEUU se lo están preguntando. De hecho se dice que podrían ser ellos mismos los primeros que podrían abandonar la OTAN.

Y mientras en España nos seguimos preguntando, como en media Europa, si son galgos o podencos.

Desde que inventamos el Doble Lenguaje, es muy sencillo jugar a engañarnos todos con todos. Ya no se habla de aumentar los gastos en Defensa, sino en Seguridad. Que parece lo mismo, pero es que en ciertos casos sí es lo mismo, aunque lo utilicemos como una palabra para engañar.

Israel bombardea con aviones y bombas una ya destruida Gaza, pero eso ya no es lo habitual excepto que quieras machacar lo que ya está roto. O quieras matar a cientos o miles de personas que estaban en sus casas. 

Ahora las guerras son comerciales, tecnológicas, de inteligencia militar o civil. Y las Defensas o Seguridades deben contemplar estas nuevas realidades con suma urgencia. No se trata de fabricar tanques, sino de dotarnos incluso de una Defensa Civil que sepa entender los nuevos tiempos.

Y tampoco ante esto está preparada Europa. Ni quiere hacer nada la Liga Árabe por Palestina. Estamos en tiempos egoístas, en los que nadie quiere saber nada de nadie. Aunque todos estemos dentro de algún saco lleno de debilidades. 

No hay nadie en el mundo que sepa desenredar la cuerda tan liada, y sobre todo no hay nadie con poder para intentarlo.