Que el Poder del Mundo esté en manos de un tonto (o de un atontado) es peligroso, muy peligroso. Pero que además a ese tonto lo jaleen por diversos intereses muchas personas que no son tontas, es más peligroso todavía pues el tonto se cree estar en todas las razones, y con su propia razón de odio mascullado.
Cada determinadas décadas surgen tontos que se creen inspirados y alentados a cambiar el mundo desde su sillón real. Me refiero con lo de "Real", a que es de verdad. Y a poner en valor que los sillones ayudan al Poder. Los sillones con orejeras acojonan a los que no los tienen.
Nunca ha existido alguien que deseara conquistar el mundo, y que no estuviera sentado en un buen sillón. A veces incluso a lomos de un caballo. Otras veces rodeado de un Despacho gris y con pocas luces.
De momento y en una de las primeras decisiones de este Nuevo Mundo de 2025, Rusia aprieta en Ucrania, atacando escuelas y matando a más civiles. Es una consecuencia de saberse poseedor de las razones que le envía por Redes Sociales el "Amo".
Es un detalle, no el único ni el más importante y jodo si lo es. Es una contra reforma de todo lo establecido hasta ahora en este siglo XXI.
Parece que nos quiere estallar Siria sin haber arreglado lo de Gaza o Cisjordania, y por si faltaba sal en el cocido, se le manda una carta a Irán advirtiéndole, como en los tiempos de la Edad Media.
El caso es amedrentar sin valorar las reacciones. Y poner en valor que tenemos donde elegir. Podemos creer en algún Dios o en los Mercados. Somos libres para pensar que uno de los dos —Dios o Mercado— nos salvará de la hecatombe.
No me cabe duda de que todo contiene un diseño, todo estará (o no) planificado en unos papeles que algún día James Bond nos sacará en alguna película, pero de momento nos toca sufrir incertidumbres mientras vemos perder tranquilidad, mientras sentimos como crecen los gastos militares.