24.2.25

El Poder de las Redes Sociales gratuitas


Dijo François Mitterrand en los años 70, que para hacer la revolución ya no era necesario atacar los Palacios de Invierno, que ahora las revoluciones se hacen en las escuelas. No incluyó a las universidades pues en ellas hay menos alumnos y están más formados y no es tan sencillo de engañar.

Para una revolución o para una regresión, se necesita a muchas personas y a ser posible que no estén muy bien formados, que no duden, que no pienses más allá de las consignas que reciban. Aunque estén envueltas en papel de regalo.

Ahora ya no es necesario ni atacar los Palacios de Invierno, ni hacer la revolución en las escuelas, ni tampoco hacerla como desde los años 70 y 80 en España construyendo las instancias judiciales al modo que interese a los poderes.

Ahora para hacer la revolución hay que controlar las Redes Sociales. 

Y de verdad, y funciona muy bien, de eso no hay duda. 

Pero no solo por estar controladas las Redes Sociales desde grandes corporaciones de mil millonarios, sino por ser una herramienta que se puede manipular con mucha facilidad y llega a todo el mundo.

Los Grandes y Nuevos inventos en comunicación tienen un poder seductor maravilloso. No hay duda. Se diseñan para ello. Si nos fijamos, son incluso gratuitos.

Podríamos decir, que lo que sentimos ahora es que nuestro mayor entretenimiento, al que le dedicamos más horas al día, nos parece GRATUITO. 

Nos lo ofrecen de forma libre, abierto, gratuito, sin mesura, sin tamaño de uso. Podemos consumir lo que queramos, y gratis.

¿Eso es así de verdad? Pues no, claro. Pero nos lo creemos, nos lo hacen creer.